De la alegría a la tragedia en apenas dos segundos. De cantar y bailar a que el suelo se desplome bajo tus pies y te precipites varios metros hasta un sótano. Eso le ocurrió en la madrugada de ayer a decenas de personas que estaban en la discoteca Butterfly, en Costa Adeje. No hubo fallecidos, pero sí más de una veintena de heridos, que fueron atendidos en el lugar de los hechos y trasladados a diferentes hospitales públicos y concertados con heridas graves, moderadas y leves. Según los datos ofrecidos ayer por el Ayuntamiento de Adeje, otros tantos clientes del local pudieron acudir a dichos centros por sus medios o con sus amigos tras registrar lesiones leves.

La causa del suceso fue que parte del forjado de la sala cedió y las víctimas fueron a caer a un local vacío, en el que antiguamente estuvo el Bingo Águilas Atlético y que lleva cerrado varios años. Esa circunstancia evitó que en el desplome hubiese consecuencias mucho más graves. El hecho se produjo en un local del centro comercial Playa Shop, que es uno de los pequeños centros comerciales situados en la avenida Rafael Puig Llivina, junto a Salytien, Ocean Center y Bora Bora.

La fiesta que se vivía mientras sonaba un himno a la "reafirmación de la identidad personal" acabó a las dos y media de la madrugada. El suelo de la discoteca se hundió en una superficie de unos 25 metros cuadrados, según algunas fuentes. En el local de ocio nocturno había personas de diferentes edades y nacionalidades: francesas, británicas, belgas, rumanas o españolas.

Dos varones de 38 años, uno francés, fueron los únicos heridos de carácter grave con fractura de fémur, por lo que fueron trasladados al Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria (Hunsc). Otras cuatro víctimas registraron lesiones de carácter moderado, pero se derivaron también al citado complejo y, en uno de los casos, al Hospital Universitario de Canarias (HUC). Este fue el de un británico de 57 años con traumatismo craneal, así como una joven de 29 años con traumatismo lumbar y desorientación y otro británico de 59 con fractura en una pierna. Traumatismo en miembro inferior sufrió la mujer de 25 años derivada al HUC.

El resto de las personas contabilizadas por la sala del 112 tuvieron lesiones leves y fueron evacuadas a El Mojón, Hospiten Sur y Hospital Quirón-Costa Adeje.

Los afectados fueron sacados del edificio por bomberos del Consorcio de Tenerife del parque de Las Chafiras, así como bomberos Voluntarios de Adeje. Para evitar nuevos desplomes, los profesionales colocaron puntales entre el local donde estuvo el bingo y el suelo de la discoteca que no cayó.

La situación motivó un gran despliegue de personal sanitario y de recursos policiales. Acudieron médicos y enfermeros de los centros de salud de Los Cristianos, El Mojón y Adeje, así como ocho ambulancias, (dos medicalizadas, dos sanitarizadas y cuatro básicas), así como un vehículo de intervención rápida con médico y enfermero.

Personal sanitario del centro de salud de Adeje aclaró que "había muchos chicos jóvenes y extranjeros". En su caso, les tocó atender a heridos de carácter leve y moderado, como un británico que tenía un golpe en la cabeza. Reconocieron que "no pasó nada para lo que podía haber pasado". Una médico y una enfermera señalan que "muchos estaban muy nerviosos" y alguno preguntaba a gritos "¿cuándo me van a llevar?".

Al lugar del suceso acudieron también patrullas de la Policía Local de Adeje, policías nacionales y de la Guardia Civil.

Ayer, dos agentes de la Policía Científica de la Comisaría del Sur de la Isla efectuaron una inspección ocular y el informe fotográfico del local afectado por el suceso. Posteriormente, al citado recinto también accedieron el arquitecto técnico del Consorcio de Bomberos de Tenerife, el jefe de la Policía Local y el inspector de guardia, dos asesores del alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga, y otros tantos arquitectos técnicos del Consistorio adejero.

"La gente estaba saltando y pasó"

Carlos es uno de los clientes que en la madrugada de ayer estaba en la discoteca Butterfly. Recuerda que el local tiene un tamaño medio, "pero grande para los que hay en la zona". Explica que "estábamos viendo el espectáculo", de pie, en uno de los laterales y sonaba una canción muy conocida -"A quien le importa", el éxito de Alaska y Dinarama editado en 1986- "La gente estaba saltando y bailando", recuerda este joven, y de repente, el suelo se desplomó. Señala que cedió el escenario y donde bailaba parte de la gente. En el local había alrededor de unas 85 personas y casi la mitad de ellas pudieron precipitarse al piso inferior. Carlos señala que "estaba lleno".

"Nos quedamos parados y sin reaccionar"

Asegura que, cuando ocurrió el desplome, "nos quedamos unos segundos parados y sin reaccionar". Hasta que alguien empezó a gritar: "¡Salid!". Ya entonces en la discoteca no se veía casi nada, "porque una nube de polvo llenó el local". Los clientes que no cayeron salieron como pudieron. Una vez en la avenida, la intención de Carlos y del resto fue "buscar a amigos". En su caso, trató de localizar a un joven de 25 años, que sufrió magulladuras y cortes en los brazos, pero no necesitó traslado a un centro sanitario. El testigo señala que "mi amigo tenía sangre por los cortes y estaba lleno de polvo". Carlos relata que, "tras caer, se levantó, vio a alguna gente en el suelo y salió corriendo por las escaleras", hasta llegar a la calle.

Descontento y malestar de los empresarios

La otra cara de las consecuencias del suceso era el malestar, descontento y preocupación de los empresarios de los cuatro centros comerciales cerrados desde la madrugada de ayer. Ninguno de ellos está dispuesto a perder los ingresos de varios días en una zona muy transitada. Una empresaria oriental que lleva 38 años en el Sur de la Isla se quejaba de cierta desidia por parte de la administración para controlar o prevenir estas situaciones. Ricardo Rodríguez, representante del centro comercial Ocean Center, se mostraba "indignado" por el bloqueo del acceso a dicho recinto en la mañana de ayer. Tras la reunión en el consistorio, comentó que "debemos acatar la medida, pero no la compartimos". Recuerda que en los cuatro edificios cerrados trabajan unos 250 trabajadores aproximadamente y que en un domingo se pueden facturar "unos 100.000 euros" en todos esos locales y empresas. Durante horas, propietarios y empleados de los negocios permanecieron en la avenida Rafael Puig a la espera de noticias.