No le preocupa el presupuesto de su área para 2018, criticado por toda la oposición, pero sí tiene las cosas claras. La directora del Instituto Canario de Igualdad, Claudina Morales, sentencia que no desaparecerá la violencia machista hasta que haya igualdad social real, al tiempo que censura que "nos rasguemos mucho las vestiduras, pero luego se emplea o paga menos a la mujer, o salen menos en prensa deportiva".

¿Qué balance hace de su etapa hasta ahora en la Dirección?

El balance no se puede hacer sin el reconocimiento a todas las directoras previas. Desde mi llegada, me marqué varias prioridades, junto al resto del equipo, pues es un trabajo de todos, pero estamos muy empeñados en la transversalidad para aplicar políticas de igualdad en todos los centros directivos del Gobierno. Para ello, desarrollamos una experiencia en dos consejerías, en Justicia y Presidencia, y en Agricultura y Pesca, y el año que viene queremos trasladarlo a otras. También tenemos una partida para 2018 para subvencionar a cabildos y consistorios que quieran tener sus propios planes en sus distintas áreas?

Pero, ¿esto es un cambio con respecto al PSOE o venía de atrás?

En realidad, el Gobierno tiene una estrategia sobre qué debe hacer cada departamento para conseguir la igualdad. Una estrategia de 2013 a 2020, pero no se aplica con la diligencia debida, quizás porque no hay personal para igualdad o por cambios políticos que, a veces, hacen que ni se conozca la estrategia. De ahí esa experiencia en dos consejerías para saber qué se puede hacer y aplicarlo. Y en eso consiste la novedad. Aparte de esta línea de trabajo, mantenemos la que venía de atrás de apoyo al asociacionismo y apoderamiento de mujeres. También tenemos la prevención en violencia, sobre todo en parejas y edades tempranas, y de ahí que la campaña de ahora se dirija de jóvenes a jóvenes, ya que los datos nos preocupan. Por eso, trabajamos con un marco que involucre no solo al Instituto, sino a Educación, Cultura, Juventud y otras áreas del Gobierno.

Y, sin embargo, toda la oposición, incluido el PP y ASG, que respaldan el presupuesto, critican la partida para Igualdad en 2018: ¿le preocupa, espera enmendarla?

Lo importante es tener partidas suficientes para desarrollar las políticas que se necesitan, pero también hay que planificar. En las cuentas, está lo que he hablado con el equipo, no es algo que decido yo sola. Para 2018, tenemos 2 millones y medio del presupuesto del Estado de este año, para lo que haremos convenios con los cabildos. También hay 400.000 euros para prevención que coordinaremos con los cabildos, de manera que no haya voces distintas con las campañas y acciones y, además, todo sea más eficaz, con la misma línea en cada isla y de forma planificada.

Es decir, ¿contará con el presupuesto que quería y necesita el área o siempre vendría bien algo más?

Hemos presupuestado lo que entendíamos que podíamos ejecutar y dentro de la planificación hecha. Si nos viene más dinero, bienvenido sea, pero tenemos esos 2 millones del Estado y, si se prorroga el presupuesto estatal, otros 2.

Pero es que el presupuesto canario sube casi mil millones, hasta una cifra récord, y la consejería de Presidencia, de la que depende su área, lo hace en 12, cuando la partida para Igualdad no lo hace tanto?

El Instituto, en concreto, sí sube casi un 13%, aunque hay programas a ejecutar el año que viene porque no se firmaron los convenios antes. Tenemos esos 2 millones y el presupuesto del instituto. No coarto a ningún grupo a que piense lo que quiera, pero sí que hay más dinero, si bien tuvimos un millón más este año por el crédito extraordinario. Lo importante es qué se hace con los recursos y, por ejemplo, el otro día se aprobó una PNL para poner puntos de asesoramiento sobre violencia sexual, algo que compartimos totalmente, pero estoy más empeñada en que ciertos servicios, como la red de violencia machista, sean estables y no dependan cada año del presupuesto. Por supuesto que hay que ir dotándolos y formándolos, porque, por ejemplo, ahora entran los menores en la violencia de género, y hay que aumentar el personal y formarlo, pues no tiene nada que ver este con el de las mujeres víctimas. Por eso, creo que, antes de colocar esos puntos, hay que hacer un estudio de dónde crearlos. ¿Hacen falta o no en las universidades? Nosotros tenemos la percepción de que sí y, sin embargo, no aparecía en la PNL, que lo vinculaba más a que hubiera uno en cada isla. En definitiva, que esto hay que trabajarlo y no improvisar, pues tampoco nos lleva a avanzar...

Claro, pero alude a ese millón extra del verano, que quizás en 2018 no tenga, por lo que, y siento insistir: ¿se le quedarán cortas sus cuentas?

Yo espero ejecutar todo el presupuesto, que hemos diseñado respondiendo a la planificación del Instituto. Habría que añadir una partida para esa PNL porque se aprobó después, aunque sé que vendrá un dinero del Estado para violencia sexual. En definitiva, lo hemos hecho en colaboración con todos los cabildos, que deben asumir las partidas en la misma proporción.

¿Sí tiene previsto aplicar nuevas medidas o programas en 2019?

No, creo que todas han de tener continuidad para que sean efectivas. Si realmente queremos tener incidencia en los jóvenes, es un trabajo de años. Puede haber cosas novedosas, pero no podemos inventar siempre. Por ejemplo, ahora estamos haciendo una auditoría de gestión de toda la red sobre violencia: desde la información al asesoramiento o acompañamiento psicológico? porque, a lo mejor, no estamos acertando con algunas cosas.

En ese sentido, ¿cree acertadas algunas frases de la nueva campaña hacia los jóvenes: es el lenguaje que usan los chicos con más potencial de ser machistas violentos?

Pues las frases las eligieron los jóvenes, no fuimos nosotros, tras un trabajo fundamentalmente con chicos, aunque también con alguna chica.

Pues algunos no se sienten muy identificados, al menos en las formas, al ser mucho más directos?

Bueno, yo no soy joven, pero esas frases salen de grupos de jóvenes?

Si hacen una auditoría es porque tienen dudas sobre si todo está bien. ¿Cuál es su visión a priori con un fenómeno que, tras aprobarse la ley hace 12 años, sigue dando las cifras, muertes y denuncias que da?

La auditoría nace de la necesidad que tiene la administración, en este ámbito y en cualquier otro, de evaluar los resultados de sus acciones. Esto es básico en cualquier sitio?

Y, sin embargo, ni en Igualdad ni en casi ninguna consejería se hacen auditorías así nunca...

Ah, bueno, eso? A ver, yo explico por qué la hago yo, y es porque tenemos un recurso que lleva funcionando muchos años y es bueno auditarlo de vez en cuando para ver qué cosas hacemos excelentemente, qué podemos mejorar o hacer nuevo?

¿Tienen indicios previos sobre cómo está la situación?

No, la auditoría aún se está desarrollando, aunque, por ejemplo, el otro día la presidenta del Observatorio contra la Violencia del CGPJ se preguntaba por qué en Canarias había más denuncias que en otras comunidades y esto nos debe hacer reflexionar: ¿hay más violencia aquí o más recursos que dan seguridad a las víctimas para que denuncien o recurran a ellos? Y es que conviene recordar que, aunque el Pacto de Estado lo recoge, Canarias sí atiende a las mujeres hayan presentado o no la denuncia si tienen derecho a los servicios porque somos conscientes de que, a veces, es muy difícil denunciar. Esto funciona mejor aquí y la clave no está en la cifra de denuncias, sino en el problema en sí, pues no avanzamos ni en Canarias ni en el Estado ni en el mundo. Y es que el problema es de fondo: que vivimos en una sociedad desigual y, mientras no haya igualdad, habrá violencia de género, pues no se puede desvincular de las desigualdades que sufre la mujer. Pero este debate se tiene pocas veces, no se asume ni se lleva a la práctica. Nos alarmamos y rasgamos las vestiduras con la violencia, pero, luego, nos cuesta emplear a mujeres o les pagamos menos, se les da menos premios al deporte o salen menos en la prensa, aunque estén a nivel internacional y los hombres no... Y, así, un largo etcétera?

¿Se está fallando mucho en transversalidad en las Islas?

Sí.

¿Y ve o no sensibilidad en el resto de consejeros y otras instituciones?

Sí la hay y llevamos tiempo coordinándonos. La transversalidad corresponde a las administraciones, aunque no se hace como debiera. Es una deuda y debemos impulsarla en todos los centros directivos, pero también en empresas privadas, en los medios... Por tanto, es la sociedad la que no está respondiendo a la igualdad como debiera. Ya digo, nos rasgamos las vestiduras, pero no hay un verdadero compromiso por ella ni se va a la raíz del problema.

Pero es que es un problema de largo plazo, de educación y cultura?

Claro, y no hay una varita mágica, pero no podemos pararlo porque, si se frena, aumentará lo otro.

Sin embargo, ¿por qué hay regresión con la juventud en general?

Pues porque se han frenado ciertas políticas y eso tiene sus repercusiones; porque no hemos sabido dar respuesta a las nuevas formas de comunicación que tienen los chicos y chicas en su formación y concepción de la vida. Antes, nos educaban en el colegio y las familias, y ahora las redes sociales e internet han abierto un mundo diferente. Claro que hay muchos chicos y chicas preparadas y combativas, pero también un número muy importante que no tienen esa capacidad crítica sobre toda la información que les llega, como la música, películas?

No saben discernir?

Sí; debemos educarles para que tengan capacidad crítica, porque lo que no vamos a poder impedir es que lleguen a esa información. Si hay un cantante que denigra a las mujeres, pues que no sea el favorito entre los jóvenes, sino que tenga un rechazo. Eso sería lo ideal en una sociedad que tuviera unos valores de justicia con las mujeres.

Y, sin embargo, muchos centros docentes públicos canarios, ante cualquier evento, ponen reguetón no precisamente inocente: ¿cómo corregir este mal si se falla en esto?

A eso es a lo que tenemos que darle más vueltas. La base está en cómo educamos a los jóvenes en las escuelas, pero también desde los padres y madres, las asociaciones juveniles? Independientemente de que esté mal que una institución ponga música que denigre a la mujer, algo que doy por supuesto, tendrán acceso a esa música, la pongas o no?

Y cuanto más se prohiba, peor?

Por eso doy por supuesto que una institución pública jamás puede cometer algo así, pero el problema es que el acceso no se puede controlar como antes. Si por la mañana das una charla contra la violencia y, por la noche, el joven ve "Hombres, mujeres y viceversa", no sirvió de nada porque el referente no es el que la dio, sino el actor o la actriz. Si los chicos no lo interiorizan, al verlo no les produce rechazo, sino que les encanta. Y así todos los días, en las películas también... El micromachismo está en ese chico que sale en TV como el "chachi", el malote, el que pega, el que se defiende, el que tiene comportamientos a los que, como mínimo, hay que ponerle interrogantes. Si, ante esta figura, no tienen una actitud crítica, es difícil controlarlo, e igual con los videojuegos, que hay que ver las ideas del hombre y mujer que transmiten algunos, totalmente estereotipadas, cuando no directamente violentas hacia la mujer.

¿Le preocupa que, tras la sentencia de un hotel del Sur tinerfeño que anula la desigualdad salarial, por la que esperan otros 41, Ashotel diga que se replanteará el sistema salarial y que podrían salir más perjudicadas las, de por sí, ya explotadas camareras de piso?

Claro que me preocupa mucho esa reacción de Ashotel. Ante una situación así, lo mínimo es analizar si realmente se comete desigualdad, no amenazar. Pero es que, además, las cifras son tozudas.

¿Tienen prevista alguna medida nueva o campaña en este ámbito?

No, es que no tenemos capacidad para eso?

Para concienciar y mediar, sí?

Para concienciar, sí, pero no para imponer medidas. Una de las cosas que hacemos es la marca de excelencia, de manera que las empresas con planes de igualdad para sus trabajadores puedan ir acreditándose y obteniendo una especie de sello para contratos públicos?

¿No se debería contratar nunca a una empresa con desigualdad salarial o solo darle menos puntos?

Es que no se puede sancionar. Más que eso, es mejor poder dar más puntos a las que tengan ese sello.

¿Vería mal una legislación que sancionara la desigualdad en lo privado?

No, no me parecería mal.

¿Tiene margen Canarias para introducir normas en esa línea?

Ese es problema: no creo que haya competencias, sino estatales?

¿Lo vería bien a escala estatal?

Sí.

Un manual de estilo para todos los medios

En diversas ocasiones, y por quejas del PSOE, Podemos y NC, el Parlamento canario ha rechazado en esta legislatura los contenidos y casi la razón de ser de algunos programas de RTVC que, sin disimular mucho, usan a la mujer como objeto y caen en un machismo casposo impropio de una democracia. Morales lo sabe y, de hecho, su dirección ha propiciado una reunión con todos los medios públicos y privados para intentar impulsar una especie de manual de estilo "de autorregulación" que oriente, al menos, sobre cómo no abordar algunas noticias o qué giros lingüísticos usar para no contribuir más al micromachismo aún imperante, más allá de programas completos. Un manual aún por hacer, pero al que la secretaria de Organización de CC, Guadalupe González Taño, ha recurrido ya para contrarrestar dichas críticas. Morales confía en que se alcance un consenso en 2018 y apunta que, según han propuesto algunos medios, los que lo incumplan deben ser penalizados, aunque aún se ha de concretar cómo. Además, y consciente de la precariedad en la prensa desde la crisis, dice que se inculcará a la carta en pro de la adaptabilidad.

Sin datos específicos en las Islas sobre igualdad

Durante la entrevista, la directora tuvo que admitir varias veces que su centro no cuenta con datos o estudios propios sobre desigualdad salarial en las Islas. "Nos llevamos por los datos de Empleo a nivel estatal o regional. Pero esto es también la transversalidad, ya que los estudios de cómo está la mujer en el empleo los debe hacer cada departamento. Sí podemos profundizar en algunos datos porque vamos a hacer alguna acción muy específica. No obstante, los datos desde hace muchos años son contundentes y hay una brecha salarial que está ahí, aunque no tengo la comparativa de si estamos peor o no que otras comunidades".