Un perro potencialmente peligroso mató ayer a su propietaria, de 39 años, en el municipio palmero de Puntallana.

Agentes de las fuerzas de seguridad investigan las circunstancias en las que ocurrió el fatídico ataque. Para poder acceder a la casa donde ocurrió el suceso, agentes de las fuerzas de seguridad tuvieron que disparar y abatir al animal, que, según las primeras informaciones, se trata de un pitbull, aunque se estudia si estaba mezclado con alguna otra raza también potencialmente peligrosa.

El trágico hecho se produjo en una vivienda al inicio de la calle La Camacha, en el casco urbano, y que discurre entre el Mercadillo y el campo de fútbol de la localidad. El cadáver de la vecina fue encontrado en la zona del jardín de su domicilio.

La víctima fue identificada como Ruth Barea y era madre de cuatro hijos, de entre 7 y 20 años. Estos, al igual que su padre, fueron atendidos ayer por dos psicólogos aportados por el Gobierno de Canarias, que estuvieron en contacto con personal del Ayuntamiento de Puntallana. Según fuentes policiales, la víctima procedía del municipio de Breña Baja, concretamente de la zona de San Antonio. También vivió en la zona de San José y llevaba varios meses residiendo en Puntallana.

El can que realizó el ataque dormía habitualmente en la habitación de la mujer y su marido. Según conocidos de la víctima, la acompañaba de manera asidua en sus desplazamientos por la localidad. Cuando se produjo el suceso, alrededor de las 14:00 horas, la mujer se encontraba sola en la casa, ya que su marido estaba trabajando y los hijos menores se hallaban fuera del hogar, algunos en la vivienda de un familiar en otro municipio. El can la mordió en varias partes del cuerpo, pero las lesiones en una pierna fueron muy importantes, y una de las hipótesis es que pudo morir desangrada.

De hecho, cuando el personal sanitario llegó, solo pudo confirmar el fallecimiento. El primero que se percató de la gravedad de la situación fue un vecino, que oyó gritos de auxilio, se aproximó a la casa de la fallecida y llamó a otros residentes en la zona, hasta que finalmente se activó el dispositivo de seguridad y emergencias.

A la calle La Camacha acudieron un policía local y guardias civiles. Agentes de Policía Judicial abrieron una investigación. Según una fuente, el perro tenía microchip y se trata de determinar si disponía de otra documentación obligatoria, como el seguro.