El Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias ya ha elaborado el informe solicitado por el Ayuntamiento de La Laguna sobre futuras catalogaciones de inmuebles en el municipio. El documento, al que ha tenido acceso EL DÍA, se posiciona contra la "fiebre proteccionista" y alerta de que la "reciente conciencia colectiva" en este campo ha derivado en un "crecimiento desmedido de los bienes a proteger declarados de interés cultural". "En todo caso, aquellos que deben declararse (...) han de ser solo los que cuenten con un carácter único representativo ampliamente contrastado", recoge en sus conclusiones.

Esto llega después de que el Consejo Municipal de Patrimonio Histórico de La Laguna acogiese en marzo de 2016 un "importante debate" sobre las circunstancias en las que se debía producir una declaración como bien de interés cultural (BIC), según explicó ya en septiembre del pasado año la concejala del ramo, Candelaria Díaz. "Hubo diversas intervenciones de carácter crítico de expertos de amplio reconocimiento llamando la atención sobre que no por declarar elementos como BIC se consigue una mejor o mayor protección", afirmó por entonces la edil acerca del encuentro, y anunció que desde el consistorio se habían dirigido al Colegio de Arquitectos y a la Universidad de La Laguna para que realizaran estudios.

La primera de esas instituciones ha elaborado un trabajo de 25 páginas titulado "Informe de la Demarcación de Tenerife, La Gomera y El Hierro del Colegio Oficial Interinsular de Arquitectos de Canarias para el establecimiento de criterios para la declaración como bienes de interés cultural y otras figuras de protección de inmuebles que puedan existir en el municipio de La Laguna". A la parte principal se le une un anexo sobre la aplicación de una metodología de valoración -con asignaciones numéricas- que tiene como objetivo "acotar la subjetividad". Para ello se contemplan cinco apartados y sus respectivos subapartados: valor de antigüedad (temporalidad, estado de conservación y razón instrumental), valor histórico (fuentes informativas y carácter innovador), valor artístico o técnico (aportación estética, aportación tecnológica, elementos tipológicos y sintagmas estilísticos), valor ambiental o cultural (coordinación con el entorno espacial y relación con el momento cultural), y referencias culturales (inclusión en publicaciones y galardones estéticos).

En su inicio, el documento recuerda que en el municipio hay protegidos 1.132 bienes, de los que 27 cuentan con una declaración de BIC, y se sumerge a continuación en la necesidad de un "relato crítico", así como en los pormenores legales. En ese punto acaba concluyendo que en España, en general, y en Canarias, en particular, "se ha asistido quizá a una excesiva proliferación de declaraciones de bienes históricos, sin que la declaración se vea acompañada de medidas efectivas que comporten una posibilidad real de conservación y revitalización del bien". Y continúa en la línea de los planteamientos que había referido Candelaria Díaz un año atrás: "No se duda sobre la necesidad de contar con el nivel de protección que se considere adecuado para aquel bien que presente un interés digno de preservación. Lo que cabe cuestionar es si determinados niveles de interés o relevancia requieren inexcusablemente la declaración del bien histórico o bastaría con la protección que les dispensa el derecho urbanístico".

"No hay que desdeñar que la obra de arquitectura es siempre y por definición una obra abierta, inacabada en el tiempo, como lo es un organismo vivo. Un edificio admite relecturas constantes a lo largo de su historia y, debido a ello, transformaciones y añadidos que adecuan el espacio físico a las necesidades cambiantes de sus usuarios en el tiempo", mantiene el texto, que acaba señalando que, en la situación actual de "abandono masivo" de edificaciones catalogadas en ciertos lugares , "se debe preservar desde lo público solo aquello de lo que es posible gestionar su conservación".