La póliza de su vehículo también es un seguro privado que le cubre en caso de accidente. No obstante, son muy pocos los usuarios que conocen este hecho, lo que genera que los lesionados de tráfico se acerquen a las instalaciones de la sanidad pública solicitando un tratamiento por el que, finalmente, se deben "pelear" con su seguro para que lo pague, ya que aquella no lo cubre.

No obstante, José Fuentes, médico internista de la Unidad de Lesionados de Tráfico del Hospital de la Paloma, recuerda que "la póliza también es un seguro privado de salud" que sirve para atender a los pacientes que hayan sido víctimas de un accidente de tráfico.

Para que puedan aprovechar este dinero ya invertido, "tienen que ser derivados a un hospital concertado que pueda proporcionarles el tratamiento que ya han abonado al contratar la póliza".

"Pocos se leen las letras pequeñas del seguro del coche", incidió Fuentes, que remarcó que por ley "los daños a terceros están cubiertos" y solo nos lleva unos minutos conocer si el propio conductor también lo está.

Este desconocimiento, además, conduce a que muchas personas -entre un 8 y un 10% de la población- se automediquen sin conocer las consecuencias que hay en la práctica, incluso haciéndolo de forma incorrecta durante tres o cuatro días.

Pero es que, además, "casi la mitad de los pacientes no toman la medicación correctamente, a pesar de tener indicaciones de un profesional, y un 3% de ellos, tras ser diagnosticados y tratados, queda con secuelas tras el accidente por no cumplir con las recomendaciones pautadas por el doctor", señaló Fuentes. Según remarcó el especialista, "se debe al carácter español, porque en otros países los pacientes son mucho más obedientes".

Otros tantos españoles tardan entre ocho y diez horas en acudir al centro hospitalario y, aunque la tendencia va disminuyendo progresivamente, el médico internista recuerda que tras un accidente de tráfico, el conductor y sus acompañantes deben ser valorados por un médico "de manera inmediata".

Y es que acudir a tiempo a la consulta puede evitar al paciente horas de dolor, "ya que va a estar sintomático y molesto". Además, según incidió Fuentes, "es más fácil corregir o tratar la lesión cuanto antes porque el efecto de la medicación será mayor".

En esta línea, las lesiones sufridas en una colisión que no son tratadas a tiempo se pueden cronificar. A pesar de ello, el médico internista recuerda que el porcentaje de lesiones que se cronifican es "prácticamente despreciable", siempre y cuando se traten de manera adecuada y en un plazo razonable.

El latigazo cervical: la lesión más frecuente

Los conductores que se ven envueltos en un accidente de tráfico suelen padecer, en el 90% de los casos, latigazo o esguince cervical. "El latigazo cervical no es grave, pero sí desagradable", explicó José Fuentes, médico internista del Hospital de La Paloma. Esta lesión provoca dolores, mareos y hormigueos en las extremidades.

Tan solo en el Servicio de Urgencias del Hospital La Paloma, acuden entre un 25 y un 30% de pacientes con esta lesión. El esguince cervical requiere que se realice una "buena" exploración para descartar otro tipo de problema. El tratamiento consiste en proporcionar analgésicos antiinflamatorios y comprobar la evolución del esguince para controlar posibles lesiones residuales.

Además, para una correcta recuperación los lesionados con latigazo cervical necesitan realizar rehabilitación, porque no solo aumenta la velocidad de recuperación, sino que también evita que se agrave.

"Para mejorar la rápida atención, en nuestro servicio de Urgencias contamos con equipo médico especializado en lesiones de tráfico, entre ellos un médico rehabilitador exclusivo para el servicio de urgencias", detalló el doctor.

Otra de las lesiones más frecuentes es la policontusión, debido a los golpes que recibe el conductor y sus acompañantes en el interior del coche. Aunque menos frecuentes, los accidentados presentan cervicalgia, contusión torácica o lesiones en las rodillas.

El especialista también recuerda que las lesiones en moto suelen ser más graves, "porque al fin y al cabo la carrocería del vehículo es el propio conductor y no se utiliza el equipamiento adecuado en los trayectos". El número de accidentes de motocicletas ha aumentado en la última década debido, en su mayor parte, al incremento de la flota en circulación. No obstante, la gravedad de los accidentes ha disminuido, especialmente gracias a la obligatoriedad del uso del casco.