Carla es colombiana. Tiene 34 años y dos hijos. Asegura que lleva 15 años en España, donde obtener la carta de residencia y más adelante la nacionalidad española de sus dos hijos ha sido "una carrera de obstáculos". Además de tener que asumir en solitario la educación y manutención de sus vástagos, esta mujer sudamericana relata que la ausencia del padre también le ha dificultado la obtención de la documentación. Carla aclara que "no tenemos contacto con él", "no sabemos dónde está". Así lo expuso durante una de las sesiones de las I Jornadas sobre Asilo, Extranjería y Derechos Humanos, organizadas por el Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife.

Según Carla, ella y sus hijos han estado tiempo sin poder salir de Tenerife. Actualmente, señala que sus hijos tienen el DNI (nacionalidad), pero no les dan el pasaporte. Señala que "hay un montón de mujeres igual que yo" en la Isla. Esta colombiana reclama a funcionarios y abogados que tengan en consideración los perjuicios que se generan a las personas que realizan trámites para legalizar su situación en el país. Cuenta que, una vez, mientras realizaba un trámite en un organismo público, se le bajó la tensión. Aclara que, cuando debe hacer alguna gestión administrativa, desea que la persona que la vaya a atender "esté de buen humor, haya descansado y desayunado ya, y que pueda caerle bien; hasta cuido la ropa que me pongo" para no despertar rechazo en ese funcionario. Por eso, Carla señaló: "Preferimos perder la vida al permiso de residencia".

Actualmente, reconoce que tiene una empresa y que es "fuente de empleo".

Yenith Milena llegó a España con contrato de trabajo. Su caso refleja la doble emigración. Hace 13 años que recaló en Tenerife. Después de varios años de trabajar y luchar para traer a sus hijos a España, finalmente estos han emigrado hacia Suecia y Dublín para formarse y trabajar.

Otro caso que pudo escucharse en las jornadas fue el de Norian Trujillo, que se presentó como periodista venezolana que está pidiendo asilo en el país. Dijo que "esto no es un camino fácil". Primero estuvo en la Península y ahora, en Tenerife. Explica que abogados particulares y de las ONG le dicen: "Vaya y pida asilo, pero no te acompañan y siento desprotección". Según Trujillo, el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) "tiene presupuesto para atender las necesidades de los solicitantes de asilo en toda Canarias, pero únicamente tiene sede en Gran Canaria".

Otra mujer que contó su experiencia fue Patricia, nacida en Chile. Dijo que vino becada para hacer un doctorado y tuvo hijos "con un maltratador". Comentó que, "como no era obediente y sumisa", su expareja (polaco) no facilitó el proceso para que ella y sus hijos regularizaran su estancia en España. Estuvo dos años y medio en situación irregular, según relató ayer. Recordó que a las empresas les exigen mucha documentación si contratan a una persona sin papeles y todas las puertas estaban cerradas. Recibió ayuda de trabajadores sociales y de psicólogos. Poco a poco salió adelante. Hoy tiene una empresa de cáterin de comida saludable.