Seis exconsellers catalanes han salido hoy de prisión horas antes del arranque de la campaña electoral, pero el juez ha decidido que Oriol Junqueras, Joaquim Forn y los líderes de ANC y Òmnium Cultural sigan en la cárcel para evitar que vuelvan a incitar a una "explosión violenta" en el proceso independentista.

Esa es la decisión que ha tomado el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena en un auto en el que mantiene la prisión para el exvicepresident de la Generalitat, el exconseller de Interior y para los líderes independentistas Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, y fija fianzas de 100.000 euros para otros seis exconsellers.

Los Jordis entraron en prisión preventiva el pasado 16 de octubre y los exconsellers el 2 de noviembre, imputados por un delito de rebelión por su participación en el proceso hacia la declaración unilateral de independencia.

Los abogados de los encarcelados y la acusación que ejerce VOX ya han anunciado recursos contra el auto del juez, pero la Fiscalía, que había pedido que todos siguieran presos, ha renunciado a recurrir.

De este modo, a lo largo de la tarde de hoy, y tras pagar las fianzas, han salido de la prisión de Alcalá Meco Dolors Bassa y Meritxell Borrás, y de la de Estremera Raül Romeva, Carles Mundó, Josep Rull y Jordi Turull.

La decisión de Llarena fue conocida a las diez de la mañana y hacia el mediodía las organizaciones independentistas ANC y Òmnium Cultural han pagado las fianzas con el dinero de sus "cajas de solidaridad". Dos horas y media después el Supremo ha tenido constancia de los abonos en una sede bancaria de Barcelona.

Dos funcionarios han salido en dirección a cada una de las prisiones y han comunicado las órdenes de libertad. Bassa y Borràs han salido de la cárcel hacia las 15.50 horas y han sido recibidas entre aplausos por sus familiares y una delegación de diputados y senadores de ERC y del PDeCAT en las puertas de la cárcel.

Familiares y políticos de sus respectivas formaciones han recibido también, horas más tarde, a los otros encarcelados, que han abandonado el recinto penitenciario entre aplausos y abrazos.

Se han cumplido así las órdenes de libertad, que incluyen medidas cautelares: estarán sometidos al mandato de comparecer semanalmente en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña o en el juzgado que elijan, y sometidos a la prohibición de salir del país y a la retirada del pasaporte, bajo advertencia de que si incumplen estas medidas deberán ingresar en prisión.

Junqueras, Forn y los Jordis no podrán, al contrario que sus compañeros, participar presencialmente en la campaña de las elecciones catalanas que arranca esta madrugada, en la que todos son candidatos salvo Borràs y Cuixart.

El juez considera que todos los investigados, imputados por delitos rebelión, sedición y malversación de fondos públicos, tienen riesgo de reincidir con igual probabilidad.

Pero aprecia, y en esa apreciación radica el diferente destino que han corrido hoy los distintos imputados, que si los líderes de la supuesta rebelión, Junqueras, Forn y los Jordis, reiteraran sus conductas delictivas, ello tendría consecuencias "graves, inmediatas e irreparables".

Por eso el magistrado ordena que permanezcan en prisión. No porque haya peligro de fuga, que no contempla ante el importante arraigo de todos ellos, sino porque "el riesgo de reiteración" de las conductas de los dirigentes "impone a este instructor un mayor grado de rigor y cautela".

Para constatar que el peligro de reiteración delictiva se ha minimizado, precisa Llarena, será necesario esperar a que "la posibilidad de nuevos ataques haya efectivamente desaparecido, o que paulatinamente se vaya confirmando que el cambio de voluntad es verdadero y real"

En cualquier caso, en el auto el magistrado hace hincapié en el matiz violento de las conductas de los cuatro, aspecto constitutivo del delito de rebelión, penado con hasta 30 años de cárcel.

Y así, reseña que estos cuatro líderes de la rebelión podrían protagonizar, si volvieran a la calle, una nueva "explosión violenta" como el "cerco" a la Conselleria de Economía del 20 de septiembre.

Los cuatro lideraron, subraya el auto, "el asedio que decenas de miles de manifestantes hicieron a la comisión judicial" que registró la citada conselleria catalana.

Los Jordis dirigieron la operación y Junqueras acudió luego a donde se producían estos "hechos violentos", que "se vieron propiciados porque las fuerzas encargadas del orden público", bajo la responsabilidad de Forn, no lo impidieron.

"Esta posición de dominio se constata en otras muchas movilizaciones", señala el auto.

La decisión de Llarena ha sido recibida con duras críticas desde los partidos independentistas, hasta el punto de que el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, la ha vinculado con una "venganza" del Estado.

Esas críticas son "una falta de respeto" a la independencia judicial, según el ministro de Justicia, Rafael Catalá.