El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont no piensa volver a España pese a la decisión de anulación de las euroórdenes de entrega dictada hoy por el Tribunal Supremo, según señaló su abogado.

"Puigdemont no abandonará Bélgica tras la retirada de la orden de arresto europea", señaló al diario L''Echo el abogado flamenco del expresidente catalán especialista en Derechos Humanos y antiguo letrado de la banda terrorista ETA, Paul Bekaert.

El letrado se mostró cauto hasta recibir formalmente toda la documentación del Tribunal Supremo antes de analizar la nueva situación de sus clientes, tanto Puigdemont como los otros cuatros exconsejeros catalanes: Clara Ponsatí, Lluis Puig, Toni Comín y Meritxell Serret, que huyeron con él a Bruselas hace un mes.

Lo único que se conoce de la agenda de hoy del expresidente catalán es su reunión con el eurodiputado del Sinn Féin Matt Carthy, que en su Twitter publicitó el encuentro en un lugar sin especificar.

"Muy orgulloso de haberme encontrado con Carles Puigdemont", dijo Carthy en su red social, donde también dijo que "sigue la solidaridad con el pueblo de Cataluña y sus representantes electos", en un mensaje que acompaña de una fotografía en la que el irlandés lucía un lazo amarillo independentista.

Por su parte, la Fiscalía belga, que ya confirmó haber recibido el auto del juez Pablo Llarena, del Tribunal Supremo de España, anunció que pedirá al tribunal de primera instancia competente que retire las euroórdenes de la Justicia española contra Puigdemont y los cuatro exconsejeros en una fecha aún por determinar.

El Ministerio Público de Bruselas informó de que el juez tendrá que desestimar el caso y retirar las medidas cautelares a las que estaban sujetos en Bélgica.

Desde el pasado 6 de noviembre, y mientras los tribunales belgas decidían sobre las citadas euroórdenes, los cinco políticos reclamados por la Justicia española tenían prohibido abandonar Bélgica sin consentimiento del juez de instrucción, debían comunicar su lugar de residencia y presentarse personalmente a todas las convocatorias judiciales o policiales.

El auto de la retirada de la orden europea de detención y entrega (OEDE) coincidió con la presencia en Bruselas de hasta tres ministros del Gobierno, los titulares de Economía, Fomento y Exteriores, que coincidieron en mostrar su respeto a las decisiones judiciales y evitaron comentar los planes de Puigdemont de no ir a España.

"Allá él. Si prefiere seguir disfrutando de la Ópera y del buen tiempo en Bélgica, mejor para él", señaló Dastis al ser preguntado sobre la intención de Puigdemont de seguir en Bélgica.

"Yo hace tiempo que dejé de aplicar criterios de racionalidad al señor Puigdemont", dijo por su parte De Guindos en una rueda de prensa tras el consejo de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea.

También desde Bruselas, el eurodiputado del PP Esteban González Pons señaló a los medios que "ya no hay ninguna razón para que Puigdemont no vuelva a España, no se ponga al frente del pueblo que él quiso liberar, porque proclamó la independencia y salió corriendo".

Por su parte, desde el PSOE, la eurodiputada Elena Valenciano destacaba en su cuenta de Twitter que Puigdemont pasaba de "exiliado a turista de lujo" si persistía en permanecer en Bélgica cuando ya el juez no le impide salir del país.

La decisión de anular las euroórdenes a los exmiembros de la Generalitat en Bélgica se produce apenas dos días antes de la manifestación "Llenemos Bruselas" organizada por la ANC y Òmium y en la que se prevé la participación del propio Puigdemont, así como de su predecesor Artur Mas, entre otros políticos catalanes.

Puigdemont y los exconsejeros se instalaron en la capital belga hace más de un mes mientras la Justicia española actúa contra todos los integrantes del Ejecutivo autonómico catalán, cesados por el Gobierno español el 27 de octubre por impulsar un proceso independentista.

El juez Llarena consideró que se deben retirar las órdenes europeas que emitió contra ellos la Audiencia Nacional porque ahora todo el caso lo lleva él y se requiere una única actuación ya que de lo contrario "podría romperse la continencia de la causa y conducir el proceso a respuestas contradictorias y divergentes para los distintos partícipes".