El Tenerife soporta la presión. Lo hace a sabiendas de que los números de José Luis Martí (una victoria en los últimos once encuentros oficiales) invitan, al menos, a plantearse si su relevo sería conveniente o si su continuidad puede dañar las aspiraciones de ascenso con las que arrancaba la presente temporada. Pero en el club se impone la tesis de esperar una reacción y de mantener en el cargo al hombre que situó al equipo blanquiazul a un gol de la Primera División.

En su contra están los vaivenes en las alineaciones, la ausencia de una identidad y, sobre todo, la falta de competitividad a domicilio. Pasan las jornadas y se escapan los seis primeros mientras crece esa preocupación de Miguel Concepción y su equipo de colaboradores. El presidente, que hasta habló de renovar al técnico balear la pasada semana, sabe que no puede dar un golpe de timón tan radical apenas unos días después. Mientras descarta tal posibilidad (por el momento), escucha la presión de un entorno cada vez más proclive al cambio.

Por eso, Martí ha dejado de ser intocable. Eso no significa que haya ultimátum ni plazos, como prueba la ausencia de la Isla del director deportivo Alfonso Serrano. Simplemente, la dinámica de resultados obliga a aceptar en el seno de la entidad insular que un cambio de inquilino en el banquillo puede llegar a resultar inevitable más adelante.

Con los jugadores todavía como sostén, el entrenador del Tenerife regresó ayer a la Isla tocado. Pero quienes le conocen no ven viable un paso al costado por su parte. "Nunca se rinde", dicen para explicar que seguirá intentando sacar partido de la actual plantilla y enderezar el rumbo en la competición liguera.

De esta forma, y mientras la situación se acerca al final que no desean ni el club ni el entrenador, ambos se centran en ganar tiempo. Una victoria ante el Reus supondría aire para las dos partes. Permitiría afrontar el difícil cierre de 2017 (desplazamiento a El Molinón y visita del Cádiz al Heliodoro) de otra forma. Eso sí, se espera que esos tres puntos vengan acompañados de una mejor puesta en escena para recuperar algo de crédito ante una afición enfadada y que empieza a exigir medidas.

Camille: "Tenemos fe en el míster, queremos que siga"

Samuel Camille fue el jugador elegido por el club para que atendiera ayer a los medios de comunicación a la llegada del equipo a Los Rodeos. El francés aseguró, entre otras cosas, que en el vestuario no son partidarios de un cambio de entrenador. "Tenemos fe en el míster y queremos que siga aquí; tiene toda la confianza de la plantilla", afirmó. En cierto modo, dejó la reacción del Tenerife en manos de los jugadores, pues el equipo debe ser "más contundente" en el campo y "más fuerte" en defensa. En cualquier caso, se mostró convencido de que serán capaces de "cambiar esta situación". Por último, pidió la unión del tinerfeñismo. "Cuando digo que tenemos que estar unidos no me refiero solo a la plantilla, también a la afición".