Grecia se prepara con medidas de seguridad draconianas para recibir mañana a Recep Tayyip Erdogan, en lo que supone la primera visita oficial de un jefe de Estado turco en 65 años, una cita que tiene lugar en un momento de con grandes tensiones no solo entre Ankara y Atenas, sino con el mundo occidental.

Más de 2.000 efectivos policiales griegos y unos 250 agentes turcos, entre ellos de la guardia personal de Erdogan, han tomado ya el centro de la capital griega para garantizar la seguridad del presidente durante su estancia en Atenas.

La visita coincide con el noveno aniversario de la muerte de un estudiante a manos de un policía, que se recuerda hoy y que anualmente se conmemora con protestas estudiantiles diurnas y altercados nocturnos.

Por ese motivo, el estrecho perímetro en el que se encuentran el palacio presidencial, la sede del Gobierno y la embajada turca ya está cerrado al tráfico desde hoy.

Erdogan llega a Atenas en un momento de alta tensión entre los dos países, que ha puesto fin a 17 años de relativa calma en las relaciones grecoturcas.

Mientras que en los medios turcos se ha hablado de una visita histórica que supondrá un "punto de inflexión" en los vínculos bilaterales, en Atenas las declaraciones previas han sido más cautelosas habida cuenta de los múltiples problemas que lastran la relación de estos dos vecinos.

A ello se añade que las relaciones de Turquía con la Unión Europea (UE), Estados Unidos y la OTAN atraviesan asimismo su momento más bajo.

Según fuentes gubernamentales, durante la visita se analizará el estado de la crisis migratoria, asuntos de seguridad en la región, las relaciones de Turquía con la UE, así como la mejora de la cooperación económica.

Durante su estancia en Grecia, el jueves y el viernes, Erdogan será recibido por el presidente griego, Prokopis Pavlópulos, así como por el primer ministro, Alexis Tsipras, y visitará la región de Tracia, en el noreste de Grecia, donde vive una importante comunidad musulmana.

Entre los factores de tensión figura la pugna por los yacimientos de hidrocarburos en el mar Egeo, descubiertos en la década de los setenta del siglo pasado, lo que desencadenó una disputa sobre la delimitación de las aguas territoriales y del espacio aéreo en este lugar.

Ambos países aspiran a transformarse en nudos de transporte energético en el Mediterráneo oriental, pero ninguno de los dos está dispuesto a compartir el pastel.

Persecuciones aéreas y combates ficticios entre cazas turcos y griegos están a la orden del día.

La crisis chipriota es otra manzana de discordia entre Grecia y Turquía desde que en 1974, tras un golpe de Estado fracasado contra el presidente chipriota Makarios, organizado por la junta de los coroneles griegos, desembocara en la invasión de la parte septentrional de la isla por el Ejército turco.

El fracaso en julio de las negociaciones para la reunificación de la isla fue una nueva ocasión para que los dos países -fuerzas garantes de la independencia de Chipre junto con Reino Unido- se culpasen mutuamente del bloqueo del proceso de paz.

Las cooperaciones trilaterales que promueven Grecia y Chipre con Israel y Egipto en temas de explotación de hidrocarburos y de seguridad provocan igualmente el nerviosismo de Ankara, que se siente rodeada.

Se espera que en las reuniones en Atenas Turquía vuelva además a pedir la extradición de ocho militares requeridos por su presunta participación en el fracasado golpe de Estado del verano de 2016, cuya deportación ha rechazado el Tribunal Supremo Administrativo.

A pesar de su antagonismo Grecia y Turquía han mejorado considerablemente sus relaciones económicas en los últimos 17 años, se han convertido en importantes socios comerciales y cada cumbre grecoturca concluye con nuevos avances en la cooperación económica.

Si bien en Atenas nadie espera que durante esta visita haya un acercamiento político real, sí hay expectativas de cerrar una serie de proyectos económicos.

Entre ellos están la construcción de una línea ferroviaria rápida entre Salónica (Grecia) y Estambul (Turquía) y la conexión con ferri de los puertos turco de Esmirna y el de Salónica.