La educación es fundamental para garantizar que los niños migrantes, más de 50 millones en todo el mundo, no terminen siendo una "generación perdida", advirtió ayer el director de Programas de Unicef Global, Ted Chaiban.

"Para no tener una generación perdida, estos niños (migrantes) deben estar en la escuela", remarcó en entrevista con Efe Chaiban, quien presentó el informe "Más allá de las fronteras: Cómo hacer que los pactos globales sobre migración y refugiados trabajen para niños desarraigados", en el balneario mexicano de Puerto Vallarta.

En el marco de una reunión para avanzar en el Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada de la ONU, el representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recordó que solo el 50% de los niños refugiados estudian en la escuela primaria, y el 25% lo hace a nivel de secundaria. Ello los coloca con menos posibilidades en su vida adulta, aunque la percepción ha mejorado con el tiempo y ahora en la ayuda de emergencia ya se coloca la educación como algo primordial. "Se ha avanzando, pero tenemos que seguir abogando para ello, quitar las barreras" para un educación completa, afirmó el experto.