El ascenso directo se convirtió en el objetivo del CD Tenerife para la presente temporada aún con la herida abierta del batacazo en el Coliseum Alfonso Pérez. En el aeropuerto de Los Rodeos, con miles de aficionados recibiendo a los derrotados jugadores de José Luis Martí, se comprometió Miguel Concepción a "poner todo para estar arriba e intentar conseguirlo directamente, sin el calvario de unos playoffs".

Al día siguiente, el equipo fue recibido en el Cabildo para agradecer el "esfuerzo" y que se hubiera devuelto la "ilusión" a toda la Isla. Recogiendo el guante lanzado por el máximo mandatario blanquiazul, Carlos Alonso empeñó su palabra: "Si el club da un paso adelante, nosotros daremos un paso adelante", propuso el presidente de la Corporación Insular. Cumplió meses después con 450.000 euros extras que, por contraprestaciones como el frontal de la camiseta en los partidos de casa, llegaron vía Tenerife 2030.

Con un tope salarial mucho más alto (por encima de los 8 millones), el conjunto blanquiazul se situaba por debajo de los dos filiales y los tres descendidos. Las dos primeras victorias dispararon la euforia y los últimos fichajes (Longo y Malbasic) colocaron a la plantilla de Martí el cartel de favorita. "Es la mejor plantilla de Segunda", clamaron algunas voces como la del técnico del Real Oviedo Juan Antonio Anquela.

Pero algo se rompió. Unos dicen que el halago debilita y otros que el potencial hay que demostrarlo en el campo o que no es lo mismo tener la mejor plantilla que ser el mejor equipo. El caso es que, disputada la jornada 17, el Tenerife está más lejos de su objetivo que la temporada pasada y con un punto menos que entonces. La crisis de resultados amenaza con llevarse por delante a Martí y el club ha empezado a cambiar el discurso.

Si en semanas precedentes se utilizaron las renovaciones de símbolos como Vitolo o Suso para apaciguar los ánimos, en los últimos días se ha lanzado la orden de positivar el "playoff" como meta final. No es que se renuncie a acabar entre los dos primeros, pero internamente se reconoce como un error haber colocado esa losa extra de presión al técnico y sus futbolistas. De ahí que, en las manifestaciones de Concepción del pasado lunes se abriera la puerta a las eliminatorias.

"Lo que me marqué de entrada fue luchar por los puestos altos. Si es el primero o segundo, perfecto, si no el playoff. No tengo ninguna duda de que podamos alcanzar el objetivo, ya sea por la vía directa o con las eliminatorias", comentaba en El Foco. Se había anticipado Martí en la rueda de prensa del sábado. "Llevo dos años dando el mismo mensaje y no voy a cambiar ahora", decía recurriendo al partido a partido al ser cuestionado sobre la distancia con los dos primeros.

Algo ha cambiado. El Tenerife quiere "frenar el desánimo" (Concepción dixit) entre la afición y restar presión a sus futbolistas. El mensaje, más realista que en junio, dice que estar entre los seis primeros sí es un éxito. Se trata de ir paso a paso y la distancia manda: a 5 del sexto y a 8 del segundo.

Llegar a la zona noble en cinco encuentros

Repetir los pasos de la pasada temporada requeriría sumar entre 10 y 12 puntos en las cinco próximas semanas. El Tenerife entró por primera vez en "playoff" en la jornada 22 del pasado Campeonato. Lo hizo después de perder ante el Levante en la 18 y encadenar tres victorias y un empate en los siguientes encuentros. Eso le permitió saltar hasta la quinta plaza, aunque entonces solo estaba a un punto de las eliminatorias. La dificultad añadida estriba en la buena racha del Reus y el Cádiz (los dos próximos visitantes del Heliodoro) o la complicación que supone visitar Gijón o Zaragoza.