Rubén Baraja Vegas (Valladolid, 11 de julio de 1975) es el elegido por el Sporting de Gijón para reflotar al equipo asturiano, décimo en el Campeonato y lejos de los puestos de ascenso directo pese a disponer de uno de los presupuestos más altos de la categoría. El exentrenador del Elche y el Rayo Vallecano se estrenará contra el CD Tenerife. Ayer, en su presentación oficial, exponía sus intenciones: "Vengo a poner al Sporting en su sitio. Es un club histórico de los mejores de España, por su cultura, su filosofía, la pasión de la gente. Asumo y acepto el reto de poner a este equipo arriba".

De momento, firma hasta el próximo 30 de junio. "Tenemos un equipo puntero, para aspirar a todo. La plantilla no está en buena racha, la cambiaremos. Conocemos las críticas y debemos cambiar la opinión de la gente a través de los resultados y el juego", añadió en su primera comparecencia ante los medios asturianos.

En su primer entrenamiento unió a siete componentes del filial rojiblanco a la dinámica del primer equipo, algo que ya había advertido. "Trabajé en formación del Valencia, creo mucho en los jóvenes, tenemos una de las mejores canteras de España. Nos debemos apoyar en ellos y ojalá puedan ir entrando. Es algo que no me asusta", señaló. Para el choque de este domingo contra el Tenerife ya están disponibles Lora y Xandao, que ayer recibieron el alta médica. Además, apura los plazos para volver Sergio Álvarez. "Debemos asumir la situación y dar la posibilidad a los disponibles para demostrar su valía", dijo sobre las lesiones Baraja.

Paco Herrera se despidió ayer con una carta en la que agradecía "a cuantas personas me han acompañado con su trabajo y con su ánimo durante estos meses que ahora dejo atrás". En la misiva, deja claro que se ha entregado "en cuerpo y alma" y ha trabajado "con honestidad y con absoluta y total entrega", aceptando que "los resultados marcan el devenir en este mundo del fútbol".

"Estoy convencido de que el equipo acabará la temporada en lo más alto de la clasificación: conmigo o sin mí; lo había reiterado, porque así lo pienso, aunque para ello es necesario que los jugadores se sientan arropados en El Molinón. Por eso pido a la afición que nunca deje de apoyarles, que sientan verdaderamente que juegan en casa al abrigo de los suyos", siguió antes de recordar que se siente "sportinguista desde aquel día en que llegué a Gijón siendo un chaval para vestir la camiseta rojiblanca. Desde entonces, nunca he dejado de sentir a este club muy dentro de mí, en un sentimiento que me ha acompañado a lo largo de los años".