La recaudación tributaria total prevista para 2017 es de 198.000 millones de euros, que se sitúa prácticamente en los niveles de 2007, estando unos 1.800 millones de euros por debajo de ese año, "excepcional" en cuanto a recaudación, ya que se alcanzaron los 200.676 millones de euros, según se desprende de un informe de CEOE sobre ''Recaudación Tributaria y Tributación empresarial''.

De esta forma, la recaudación tributaria de los principales impuestos, con excepción del Impuesto sobre Sociedades (que es el que sufragan las empresas), ha superado los niveles anteriores al inicio de la crisis marcando máximos históricos. Así, la recaudación del IRPF prevista para 2017 será de 76.932 millones de euros, superior en 4.318 millones a lo recaudado en 2007.

En cuanto al IVA, en 2017 se prevé recaudar 67.883 millones de euros, 12.032 millones de euros más que lo ingresado en 2017, mientras que en el caso de los impuestos especiales la recaudación de este año se situará en los 20.325 millones de euros, unos 539 millones más que lo ingresado en 2007.

En cambio, en el Impuesto sobre Sociedades se prevén unos ingresos para este año de 23.469 millones de euros, más de 20.000 millones de euros por debajo de los 44.823 millones de euros recaudados en 2007, cuando registraron un máximo histórico.

La patronal justifica que el motivo de la "lenta" recuperación de este impuesto, el único que no ha recuperado los niveles precrisis, obedece por un lado a la bajada del tipo de gravamen (que en 2007 fue de un 35% y actualmente es el 25%) y a la caída de beneficios empresariales, ya que el número de empresas que había hace diez años y ahora prácticamente no ha variado.

En cuanto a la caída de los beneficios de las empresas, CEOE indica que, con datos de 2014 --últimos consolidados--, el 63% del total de 1.119.867 empresas activas declarantes del Impuesto sobre Sociedades presentaban bases imponibles negativas. Además, destaca que la cifra de empresas con bases imponibles positivas descendió desde 2007 a 2012 y se ha venido recuperando lentamente desde entonces.

Asimismo, resalta que son las empresas muy pequeñas, por debajo del millón de euros de facturación, las que concentran el mayor porcentaje de bases imponibles negativas. Antes de la crisis suponían el 59,5% y ahora están en el 67,17%, con datos de 2014, si bien su evolución también es descendente desde 2012.

En el resto de segmentos de facturación predominan las empresas con beneficios fiscales, con cifras que también han mejorado desde 2012. El porcentaje de empresas con pérdidas fiscales va desde el 35,84% para las empresas que facturan entre 1 y 10 millones de euros, hasta el 20,87% para aquellos que facturan más de 1.000 millones de euros.

En cuanto a la recaudación, se concentra en las empresas cuya facturación supera los 100 millones de euros. Estas empresas aportan el 57,52% del Impuesto de Sociedades recaudado a pesar de que, en número solo son 2.090 empresas, un 0,002% del total. El peso de la recaudación que soportan estas grandes empresas también se ha incrementado, pasando de un 53,5% del total en 2007 al 57,5% en 2014.

DEMASIADOS CAMBIOS EN EL IMPUESTO

En el informe, los empresarios señalan que las previsiones de ingresos tributarios realizadas por el Ministerio de Hacienda se han venido incumpliendo desde 2008, con la sola excepción de 2010. Igualmente, recuerdan que al no cumplirse el presupuesto de ingresos, se acude a la adopción de medidas fiscales "de urgencia" y modificaciones de normativa, muchas veces con carácter retroactivo, que afectan fundamentalmente al Impuesto sobre Sociedades, cuya normativa ha sido modificada más de 60 veces desde 2008.

De hecho, la CEOE indica que desde la reforma de 2014, con la redacción de una nueva Ley del Impuesto sobre Sociedades, se han producido 12 modificaciones de dicha norma, algo que critica la patronal porque la "continua adopción de medidas de urgencia en materia tributaria es incompatible con la mínima seguridad jurídica exigible" por cualquier inversor nacional o extranjero.