Corea del Sur ha aceptado la propuesta de diálogo que ha ofrecido el líder norcoreano, Kim Jong Un y ha planteado el martes mantener conversaciones de alto nivel con Corea del Norte el 9 de enero sobre la participación de Pyongyang en los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán en PyeongChang. La actitud de Seúl de aceptar el guante lanzado astutamente por Kim Jong Un podría abrir una brecha en la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos que se mantiene desde hace 70 años. La manera de encarar la escalada de tensión con Corea del Norte ha distanciado a Washington y Seúl desde que el presidente estadounidense Donald Trump llegara a la Casa Blanca y su homólogo surcoreano, Moon Jae In, ganara las elecciones en Corea del Sur. Moon es un liberal y desde el principio ha abogado por soluciones diplomáticas, mientras que Trump ha trabajado con dureza para incrementar las sanciones contra Pyongyang y estrangular económicamente al régimen comunista. Hasta hace poco, Kim Jong Un ha despreciado a Moon al que ha tratado como un lacayo de EEUU pero en su alocución de Año Nuevo, Kim Jong Un ha cambiado el tono y el contenido de su mensaje hacia su vecino del Sur, quizá como una manera de socavar la alianza entre Seúl y Washington y para abrir una nueva brecha entre Moon y Trump. Y es que Corea del Norte es consciente de que la estrategia de Washington necesita obligatoriamente del apoyo de Corea del Sur, además del de China. Washington podría no tomarse de manera positiva que el gobierno surcoreano proponga sentarse a dialogar con el régimen de Pyongyang después de que su líder amenazara directamente al país norteamericano en su discurso de Año Nuevo con utilizar su arsenal nuclear y dijera que "todo" el territorio estadounidense está "al alcance de nuestras armas nucleares", añadiendo además que "siempre" tiene "un botón nuclear" en su escritorio. Pese a las amenazas de Kim, el ministro de Unificación surcoreano, Cho Myoung Gyon, ha propuesto que los encuentros entre ambas Coreas tengan lugar en la localidad de Panmunjom, ubicada en la Zona Desmilitarizada, según ha informado la agencia surcoreana de noticias Yonhap. "Ya hemos expresado nuestra voluntad de entablar un diálogo con Corea del Norte en cualquier momento y en cualquier formato, siempre y cuando ambas partes puedan discutir la restauración de sus relaciones y la paz en la Península de Corea", ha dicho el portavoz presidencial Park Soo-Hyun. La propuesta ha sido formulada poco después de que el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, pidiera "medidas rápidas" por parte del Gobierno para garantizar la participación de Corea del Norte en el evento deportivo. "Espero que el Ministerio de Unificación y el Ministerio de Cultura y Deportes desvelen medidas de seguimientos para restaurar rápidamente el diálogo bilateral y permitir la participación de la delegación norcoreana en los Juegos Olímpicos de PyeongChang", dijo.Las palabras de Moon llegaron después de que el líder norcoreano, Kim Jong Un, expresara su voluntad de enviar una delegación y discutir con Seúl sobre su participación en los Juegos Olímpicos de PyeongChang. El líder norcoreano sostuvo en su mensaje que los juegos de invierno serán una buena ocasión para su país y ha expresado su esperanza sincera en que la cita deportiva sea un éxito. En este sentido, aclaró que Pyongyang está preparada para dar diversos pasos, incluido el envío de una delegación. En sus declaraciones, Moon manifestó que "las palabras de Kim (...) son una respuesta a nuestra propuesta de convertir los Juegos Olímpicos de PyeongChang en una oportunidad innovadora para mejorar las relaciones bilaterales y establecer la paz". Kim Jong Un aceptó la solicitud de Moon de enviar una delegación de Corea del Norte a los Juegos Olímpicos de Invierno. El presidente surcoreano apuesta a que es menos probable de Corea del Norte interrumpa las Olimpiadas con un lanzamiento balístico si sus propios atletas están dentro de la competición. Así, reiteró que cualquier mejora de las relaciones con Corea del Norte debe ir unida a una solución del problema de las armas nucleares que posee Pyongyang. "Una mejora de las relaciones intercoreanas no puede ir separada de los esfuerzos para resolver el problema nuclear norcoreano", dijo, pidiendo al Ministerio de Exteriores "que mantenga consultas con los aliados y la comunidad internacional para impulsar una mejora de las relaciones bilaterales y solucionar el problema nuclear norcoreano al mismo tiempo". Para el experto norteamericano en Corea del Norte, Robert Litwak, "Kim ve una rara oportunidad de ponerse del lado de los surcoreanos en contra del presidente Trump".Las dos Coreas siguen técnicamente en guerra porque solamente firmaron un armisticio para cesar indefinidamente las hostilidades después de enfrentarse entre 1950 y 1953. Corea del Norte ha incrementado notablemente su arsenal nuclear hasta el punto de que la amenaza es tan fuerte que el presidente Trump ha insinuado la posibilidad de un ataque preventivo como último recurso y ha aumentado la tensión entre ambas naciones en una escalada sin precedentes.