Pedro Antonio G. O. ha sido condenado a cumplir ocho años de prisión por intentar atropellar a su exmujer cuando atravesaba un paso de cebra en la avenida San Borondón de Fañabé, en Adeje. La pena ha sido impuesta como autor de un delito de homicidio en tentativa con el agravante de parentesco, a lo que se suma el quebrantamiento cautelar en varias ocasiones de la obligación de mantenerse alejado de la víctima. Además, durante diez años después de salir de prisión no podrá acercarse ni comunicarse con su exesposa, por lo que en ese tiempo permanecerá bajo libertad vigilada.

El intento de atropello tuvo lugar el día 25 de Mayo de 2016, cuando aún estaba vigente la orden de alejamiento. En ese momento, al observar el coche de su exmujer aparcado en la avenida estacionó el suyo y esperó hasta que saliera de la casa de unos amigos. Justo cuando atravesaba un paso de peatones para dirigirse a su propio vehículo, el condenado arrancó y aceleró su vehículo hasta alcanzar bastante velocidad y lo dirigió contra ella con la intención de atropellarla. La mujer pudo evitarlo al saltar a la acera y también gracias a que un poste de alumbrado evitó que fuera arrollada. La Sala entiende que al embestir de esta manera, el acusado "necesariamente" tenía que saber que podía causar un grave daño a su exesposa o incluso provocarle la muerte.

Después Pedro Antonio G. O. continuó su marcha, se detuvo a cierta distancia, descendió del coche y se dirigió corriendo hacia su víctima. Sin embargo, desistió de continuar el ataque al ver a testigos en la avenida que le increparon, por lo que volvió al automóvil y se marchó.

Lo que sí quedó descartado fue la denuncia de que había sido visto en el mes de abril de ese año, merodeando la vivienda familiar de madrugada, tal y como declaró su hija y la exesposa durante el juicio. La Sala considera que ambas incurrieron en determinadas contradicciones y no se pudo concluir con que efectivamente la persona que vieron fuera el acusado.

El condenado permanece desde el mes de mayo de 2016 en prisión preventiva tras consumar el intento de asesinato. Durante el juicio celebrado a finales del pasado mes de marzo dos médicos forenses descartaron que presente algún tipo de padecimiento físico o psíquico que justifique la posible comisión de estos hechos. La Fiscalía considera que el exmarido nunca llegó a asumir la separación y que guarda hacia su anterior esposa un enorme resentimiento.

Por su parte, la defensa planteó la libre absolución en base al principio de presunción de inocencia, puso sobre la mesa las contradicciones de los testigos del intento de atropello que se plasmó, por ejemplo, en que estos coincidieran en asegurar que la maniobra del coche parecía una broma. También se apuntó que el resentimiento de la exesposa condicionó su declaración y la convierte en "no verosímil".