La reina Isabel II ha hablado del peligro de llevar la corona británica más importante, debido a que las piedras preciosas que lleva la hacen muy pesada, y de la incomodidad de la carroza que la transportó el día de su coronación en 1953.

La soberana, que nunca concede entrevistas, ha explicado detalles de su coronación en la Abadía de Westminster, en Londres, para un programa sobre las joyas de la corona que emitirá este domingo la BBC, algunos de cuyos extractos fueron divulgados hoy.

"No puedes mirar hacia abajo para leer el discurso, tienes que levantarlo. Si lo haces, tu cuello se rompería", contó la Reina sobre esta corona que lleva en la apertura formal del Parlamento británico, donde debe leer el programa del Gobierno.

"Así que hay desventajas en las coronas, pero por lo demás son cosas bastante importantes", dijo Isabel II, que también contó detalles del día de su coronación el 2 de junio de 1953, un año después de suceder a su padre, el rey Jorge VI.

La corona, llamada Imperial de Estado, fue realizada para la coronación de su padre en 1937 y cuenta con 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas y cientos de perlas, así como un gran rubí.

"Afortunadamente, mi padre y yo tenemos la cabeza casi de la misma forma, pero una vez que te la pones, se queda (fija)", agregó Isabel II, de 91 años y que el próximo 6 de febrero cumplirá 66 años como jefa de Estado británica.

La Reina también comentó el recorrido que hizo en una carroza dorada desde el palacio de Buckingham hasta la Abadía de Westminster, que describió como "horrible" y "muy incómodo".

Al recordar su coronación, Isabel II dijo: "Supongo que es realmente el comienzo de la vida de uno como soberana".

"Es el tipo de desfile de caballerosidad y una anticuada forma de hacer las cosas (...) He visto una coronación y he sido destinataria de la otra, algo que es bastante notable", afirma la reina al programa "La Coronación".