Moisés Afonso es herrero y, desde hace años, ha hecho de la herrería tradicional un medio de vida que le ha permitido ganar premios nacionales, realizar encargos que se han ido fuera de Canarias, repartir corazones solidarios o asumir proyectos que le han llevado a lo más alto de dos templos de su Icod de los Vinos natal. Estos días, este hijo de herrero trabaja en una réplica que sustituirá la deteriorada veleta de la torre de la emblemática Parroquia de San Marcos, y en una enorme espiga y cruz de acero, de casi diez metros de altura, que adornarán la torre de la nueva iglesia de La Mancha.

Afonso empezó a trabajar en la restauración de la vieja veleta de San Marcos, pero su estado de deterioro tras varios siglos a la intemperie aconsejó sustituirla por una réplica que, además, funcionará como pararrayos. La nueva veleta, de casi dos metros, se colocará en las próximas semanas.

"Para mí ha sido todo un orgullo colaborar en la restauración de una iglesia que tiene más de cinco siglos de historia. Tratamos que investigar quien fue el autor de la veleta original, pero no fue posible. Ahora hemos grabado la fecha y mi nombre para que en el futuro no ocurra lo mismo", explica Afonso.

"La mía es una pequeña empresa, pero con grandes sueños. Mi ilusión es dejar un legado para el día de mañana", confiesa Afonso.

Su huella como herrero artesanal quedará plasmada en la nueva iglesia de La Mancha, donde hay varias de sus obras. La más espectacular es una espiga de seis metros de altura, que contará con iluminación led en varios colores, que variarán según las festividades religiosas que se celebren. Esta espiga irá unida a una gran cruz de casi 4 metros de altura. Un conjunto de 9,8 metros de alto, y 1,5 metros de ancho, que estará adosado en parte a la torre del templo. El resto quedará "al aire".

El cura de La Mancha, Agustín León, valora que en el templo están "orgullosos de hacer partícipe de la nueva iglesia al herrero del pueblo, un trabajador incansable y siempre dispuesto a ayudar a los demás". Este sacerdote señala que cree firmemente que la Iglesia "sigue siendo generadora de cultura y arte, como en otros tiempos, y que hay artistas locales capaces de realizar obras de gran calidad. Con el currículum de Moisés, me decidí a proponerle hacer una colaboración para elaborar una cruz para el nuevo templo". Una cruz y una espiga que relacionarán a la iglesia con su entorno agrícola, su patrón San Isidro Labrador y su popular romería.

Afonso vive de su herrería, "la única dada de alta en Tenerife y probablemente en toda Canarias", desde donde han salido proyectos como los corazones solidarios, inspirados por su hija Nerea, para recoger las tapas de plástico que se reúnen con fines benéficos. Pronto habrá diez corazones repartidos por tres islas.

"Por ahora hay nueve corazones: dos en Fuerteventura, dos en La Palma y cinco en Tenerife, concretamente en Icod de los Vinos, El Sauzal, Santa Úrsula, La Guancha y Buenavista. Santa Cruz ya ha encargado el décimo", detalla este artesano que no olvida sus orígenes.

"No puedo renunciar a mis raíces y por eso sigo haciendo herramientas agrícolas -explica-, como podonas y cuchillos para trabajadores de la platanera, porque así fue como empecé".

Tampoco olvida la formación y en la actualidad trata de enseñar el oficio a los seis alumnos de su Escuela de Herreros, la única del Archipiélago.