A sus 17 años, Sara Rincón Febles, más conocida en el Carnaval como Sara Febles, combina cada día su pasión por las murgas con sus estudios: estudia segundo de Bachillerato en el Instituto María Rosa Alonso, de Añaza, y a las 14:30 horas va a almorzar a casa de Romén Soriano, con el que comparte tareas en la dirección musical de Rebobinados y Diabólicas. Allí repasan los montajes, antes de ir a ensayar primero a los niños -que cierran hoy la primera fase- y luego a Diabólicas. Cuando llega a su casa, a la medianoche, estudiar antes de acostarse para, al día siguiente, comenzar otra jornada a las siete de la mañana. Su ilusión, de mayor, ser policía.

Con 12 años, fue componente de Revoltosos; entró para probar. Su tío, Juani Febles, era el director musical de los niños; en la actualidad él es uno de los responsables del montaje en La Traviata. Ya en 2015, y lleva cuatro años, aceptó la invitación de Romén Soriano de sumarse a Rebobinados, murga con la que precisamente anoche celebró su último ensayo. "Las lágrimas me las bebía; aunque sea mi último año como componente (cumple 18) voy a seguir vinculada con los niños", dijo anoche. Sara, admirada por nuevos y no tan nuevos directores musicales, es un descubrimiento de Romén Soriano. El año pasado, en busca de talento, invitó a los niños a que intentaran montar la canción que quisieran a tres voces... Y allí apareció Sara, la única que aceptó el reto. Le envió a Romén la presentación de Bambones del año anterior.

Incrédulo, Romén volvió a poner otra prueba a Sara, pero esta vez delante de él, y la demostración fue "cum laude". Además de tocar la batería, los timbales y las congas, en el último año ha aprendido la guitarra. "Soy más de cantar", precisa. Si tuviera que elegir un director musical, "por supuesto, Romén Soriano, por cómo lo hace, y mi tío, Juani".

¿Estilos de murgas cantando? Bambones y Diablos. ¡Y por supuesto Traviata!, se apresura a añadir. Aunque es amante de la buena música, reconoce que "se puede interpretar una buena letra y ganar aunque desafines". Para ella, lo importante es defender la letra: "Hay murgas que desafinan y ganan", insisten. La clave, en las murgas infantiles, es que "los niños deben saber lo que cantan e interpretarlo". Tiene clara su función en la murga: le gusta la dirección musical; nunca se ha planteado escribir una letra. 2018 es su segundo año como directora musical en la murga Rebobinados (en el año 2017 se estrenó y logró un segundo), y también monta por primera vez, junto a Romén, en la novel Diabólicas. "Vamos a intentar hacerlo lo mejor posible y que guste a la gente; es nuestro primer año".