"Descansa en paz, amigo. Que tu voz siga sonando en nuestros corazones, y tu sonrisa alumbrando a toda la familia de nuestros hermanos de Los Gofiones. Te echaremos de menos, Perico Lino". Con esta cariñosa despedida Los Sabandeños anunciaban al mediodía de ayer en su cuenta de Facebook el dolor que había ocasionado la noticia del fallecimiento de Pedro González Lino (1931-2018). Miembro fundador y director honorífico de Los Gofiones (1968), Perico Lino era uno de los baluartes de un grupo en el que permaneció en primera linea hasta que su salud se lo permitió. Poco después de que se conociera el triste desenlace, en el perfil del grupo en Facebook se podía leer este mensaje: "Con hondo dolor comunicamos que Perico Lino nos ha dejado en la mañana de hoy. Será muy difícil acostumbrarse a la idea de no disfrutar de su figura y saber hacer en los escenarios, de la última de las voces legendarias en activo, del grancanario, también del buen amigo que desprendía cariño y respeto a su paso. Una presencia que nos acompañará para siempre y muy especialmente en el año que sus Gofiones comienza a celebrar su medio siglo de vida. Le faltaron tan solo unos meses, tan solo unas semanas. Compartimos el dolor de su familia, que también es la nuestra. Descansa en paz, Perico".

Él, Sergio García-Beltrán y Totoyo Millares fueron tres de las dos docenas de referencias que mostraron por primera vez en público el proyecto cultural de Los Gofiones: el teatro Pérez Galdós de la capital grancanaria albergó en 1969 el concierto inaugural de una formación que logró un hito histórico hace cuatro años con motivo del proyecto "Manta y Estameña": una alianza musical que recorrió distintos enclaves del Archipiélago juntando las voces de Los Gofiones y Los Sabandeños. Lino, que era Hijo Predilecto y Medalla de Oro de Gran Canaria, se sintió atraído por la música popular canaria a través de la figura de su tío Juan José Vega Bordón. Lino será recordado por el indiscutible sello de su cálido timbre de voz y su personal estilo clásico de interpretación, el temple y la seguridad en el canto, la capacidad de transmitir en la copla sentimientos de alegría o tristeza, atributos que, en definitiva, configuraron su personalidad. Contrario a la hibridación de los estilos en el folclore canario, Perico Lino siempre defendió que los solistas de las jóvenes generaciones se expresaran con su estilo definido y que no transitaran por la senda de la imitación de las veteranas voces.