"Someterse solemnemente a los preceptos constitucionales de un país" es algo que se hace bajo la forma de jurar. "Obligarse a hacer (?) alguna cosa" es algo que se manifiesta bajo la forma de prometer. Esta es menos solemne y más propicia a retractarse, a "revocar expresamente lo que se ha dicho". Y jurar o prometer "por imperativo legal" es el despiporrio absoluto; es, prácticamente, dejar constancia de que aquello que estoy jurando o prometiendo me lo voy a pasar por el arco del triunfo.

Generalmente, quienes aplican el "por imperativo legal" lo hacen sobre la forma de "prometer". El juramento, jurar, es algo más serio que no permite desdecirse. Un testigo ante un tribunal ha de jurar decir la verdad y nada más que la verdad. No se le ofrece que prometa decir la verdad. Y si no la dice, incurre en delito. Bien es verdad que también hay ocasiones en que el perjuro se va de rositas. Casos hubo en el 11M.

Este prolegómeno tiene que ver con la degradación de la forma que consolida el acceso a cargo público a un ciudadano. A lo largo del tiempo en que discurre nuestra Constitución se han ido consintiendo distintas informalidades que permiten al diputado, parlamentario, concejal, consolidar su acta en la institución correspondiente. Y así hemos llegado a tener que escuchar exordios absolutamente improcedentes al objeto que se pretendía, que era el de asumir acatamiento a la Constitución y a la defensa de la misma: "Cumplirla y hacerla cumplir". Supongo que forma parte del acta del Congreso el que se soltó el entonces recién diputado don Pablo Manuel Iglesias Turrión. Y en las actas correspondientes estarán las de otros miembros que accedían al cargo de diputado por adquisición de su acta como miembro electo de partidos republicanos, nacionalistas, incipientes separatistas. Un espectáculo? no impedido por la presidencia de la institución.

Y hemos llegado a la situación estrambótica que nos depara la actualidad. El fugado de la Justicia y muy deshonorable señor Puigdemont ha "jurado la Constitución por imperativo legal", según nos han dado cuenta los medios informativos. Y lo ha hecho por escrito. Cobarde el tío. Y deja el escaño vacío en la sesión de constitución del Parlamento de Cataluña. El miembro del Partido Demócrata de Catalunya que, con otros de sus acólitos, dice que este es un nuevo partido que no tiene que ver con Convergencia de Catalunya, del que provienen, cuando las cosas se han puesto serias por lo del 3%, o el 4%, o toda la corrupción llevada a cabo por el "nacionalismo" catalán, de Pujol a Mas.