La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias podría jugar un papel clave en la lucha contra el robo de cabras y baifos para la venta ilegal de carne. Aunque el Cabildo de Tenerife es el encargado de autorizar la apertura de guachinches y de comprobar el origen de su vino, el control de la carne, y de otros alimentos que se sirven en estos negocios tradicionales, corresponde a los inspectores del área de Salud Pública, que depende de la citada consejería regional.

La Asociación Cultural Amigos del Baño de las Cabras en el Mar alertó esta semana de que, "desde hace alrededor de un año", se enfrentan a un problema "totalmente nuevo" que amenaza la actividad tradicional de los cabreros en el Norte de la Isla: el robo "organizado y reiterado" de numerosas cabras y baifos que, según sospechan, se sacrifican sin control sanitario para la venta ilegal de carne, "fundamentalmente en guachinches".

El consejero regional de Agricultura y Ganadería, Narvay Quintero (CC), pidió al Estado más medios materiales y humanos para hacer frente a estos, y otros, robos en el campo. La vigilancia y actuación policial es una de las claves para acabar con los robos, pero existe otra vía importante: detectar los negocios que dan salida a la carne procedente de cabras robadas, que se sacrifican sin cumplir la legislación vigente.

En esa posible lucha contra los canales de distribución de esta carne ilegal, jugarían un papel fundamental los inspectores de Salud Pública, que realizan inspecciones aleatorias, de acuerdo con una planificación por zonas, o que actúan a raíz de denuncias, quejas o alertas sanitarias.

Fuentes vinculadas con la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias subrayan que "los afectados, aparte de presentar la correspondiente denuncia policial por el robo de los animales, deberían denunciar también ante Salud Pública a los establecimientos que consideren que podrían vender carne obtenida de forma ilegal".

Si se producen denuncias, los inspectores podrían acudir a esos negocios y solicitar la documentación que debería acreditar el origen de la carne que se ofrece a los clientes, y que debe salir de mataderos autorizados, ya que el sacrificio en domicilios particulares está prohibido.

La Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias asegura que la carne en carnicerías y otros centros de distribución, como supermercados o mercados, "está muy bien controlada, pasa por mataderos y tiene una trazabilidad comprobable".

En el caso de la carne procedente de robos, la consejería advierte de que "no pasa por los cauces normales y autorizados, por lo que para evitarla siempre hay que exigir una factura y un certificado de trazabilidad que determine que la carne proviene de una explotación ganadera con un registro sanitario".

"Si no hay compradores, no hay vendedores"

El consejero de Agricultura y Ganadería del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero (CC), recalcó ayer que, aparte de incrementar la vigilancia policial y el control de la carne, es fundamental concienciar a la sociedad de que no debe adquirirse carne cuyo origen no esté garantizado: "Si no hay compradores, no hay vendedores y, por lo tanto, no se producirían robos de cabras y baifos". Quintero también recordó a las personas que adquieren carne fuera de los canales autorizados que "existe un riesgo palpable al consumir un alimento que no se sabe de dónde ha salido".