Es difícil que coincidan eclipse total, superluna y segunda Luna llena del mes, llamada en algunos medios estadounidenses Luna azul, que nada tiene que ver con su color. Los cálculos indican que no se producía desde 1982, pero debe entenderse solo como una curiosa coincidencia.

Según el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), este fenómeno "no tendrá ninguna implicación para nuestro Planeta y, desde el punto de vista astronómico, el mayor interés reside en las observaciones y medidas tomadas durante el transcurso del eclipse total". Los eclipses lunares ocurren cuando nuestro satélite pasa por la sombra de la Tierra. Esto no sucede todos los meses porque la órbita de la Luna está ligeramente inclinada con respecto a la de la Tierra y el Sol.

"Durante la totalidad", como incide el IAC, "la Luna no desaparece de la vista, sino que adquiere una tonalidad rojiza". Esto es debido a que la Tierra desvía la luz del Sol, al tiempo que filtra eficazmente sus componentes azules, dejando pasar solo luz roja que finalmente será reflejada por la Luna. Según datos proporcionados por la NASA, en el año 2018 se producirán dos eclipses totales de Luna, el 31 de enero y el 27 de julio. El primero de ellos solo será visible, completamente, desde Australia y el oriente asiático, mientras que su observación desde Europa no será posible.

La superluna, por su parte, se forma cuando la Luna llena está en el ángulo más cerca a la Tierra, lo que se conoce como perigeo, aumentando el diámetro lunar hasta en un 14%, y su brillo, alrededor de un 30%. No obstante, es muy difícil percibirlo a simple vista,

"No es raro que la Luna llena suceda cerca del perigeo", explica el IAC que afirma que suelen ocurrir de 3 a 5 superlunas en un año (de las 12-13 posibles). En este año 2018 se producirán dos en enero y otra en diciembre.