El lugar desprende tranquilidad y las vistas que ofrece ahora que resurge el verde parecen propias de una postal. Pero para los vecinos sigue faltando algo primordial: la electricidad.

El Valle del Cercado lleva décadas -el primer escrito tiene fecha 17 de abril de 1991- demandando que la treintena de viviendas que existen en este punto ubicado en la parte alta de San Andrés disponga, como todos los demás valles del Macizo, de instalación eléctrica.

Una solicitud que, para ellos, se hace cada vez más difícil de comprender si se tiene en cuenta que el tendido eléctrico está a escaso kilómetro y medio de los primeros inmuebles del caserío, y que la instalación del teléfono sí llegó a las viviendas hace más de treinta años.

Andrés Hernández es uno de los afectados. Residente habitual en el Valle del Cercado, desde su casa se ve con claridad cuál es la última vivienda del barranco a la que llega la luz. "Es aquella de allí, la roja", señala con cierta resignación, mientras hace un paréntesis en sus labores agrícolas.

Según relata, el Cercado es un asentamiento agrícola aborigen en el que están documentados los trueques que hacían los guanches con los castellanos. De esa época quedan cuevas y el espíritu que tratan de mantener jóvenes, y no tan jóvenes, como él.

"Las casas se han actualizado", reconoce, en referencia a las mejoras que tanto residentes habituales como esporádicos han llevado a cabo en las 38 viviendas que tiene registradas el Parque Rural de Anaga. "Nosotros creemos que son algunas menos, 25", detalla.

Los propietarios de casi todas ellas han tenido que tirar de otras tecnologías para contar con electricidad y hacerlas, así, más habitables. Mientras que unos han optado por generadores eléctricos de gasolina, otros han preferido usar placas solares. "Porque, hasta ahora, la compañía eléctrica nos ha denegado la solicitud de enganche", asegura.

Estas dificultades para contar con electricidad han motivado, remarca Andrés, que haya casas abandonadas. Y es que él lo tiene claro al respecto: "La luz facilita muchas cosas. ¿No quieren desarrollo local? Eso sí que lo es", enfatiza.

Ahora, los vecinos se aferran al proyecto para completar la electrificación de la zona que tiene preparado el ayuntamiento, pero que debe obtener aún el beneplácito del Cabildo de Tenerife, por estar dentro del parque rural. Por eso se muestran cautos, para que no les ocurra como hace más de una década -octubre de 2000-, cuando el pleno de Santa Cruz aprobó la idea e, incluso, comenzaron las obras. Hasta que eso ocurra, seguirán a oscuras.