Parecía un caso más del final de un ciclo vital natural, pero lo cierto es que, detrás, se escondía algo más complejo. Los vecinos de Santa Cruz que ayer contemplaron, algunos con cierta preocupación porque pensaron que se trataba de un envenenamiento, la retirada de un ejemplar de palmera del parque Don Quijote desconocían que el motivo que llevó al área de Servicios Públicos a talarla estaba relacionado con un hongo. Según explicaron fuentes del área que preside el concejal Dámaso Arteaga, la palmera en cuestión estaba afectada por fusarium, un hongo de raíz que hace que el árbol vaya deteriorándose poco a poco hasta que acaba con él. Ayer fue el final de ese proceso, con la tala y posterior retirada en un camión del citado ejemplar de Don Quijote.

Fusarium es un extenso género de hongo del suelo que habita en muchos lugares del mundo. La mayoría de las especies son inofensivos saprofitos relativamente abundantes en la comunidad microbiana del suelo. Sin embargo, algunas especies de fusarium son económicamente significativas debido al devastador impacto que pueden tener en las cosechas.