> El líder de ERC y vicepresidente el Govern cesado, Oriol Junqueras, cumple este viernes tres meses encarcelado en la prisión de Estremera acusado de los delitos de sedición, rebelión y malversación, y lo hace mientras sus abogados tratan de internacionalizar su caso.

Fue el 2 de noviembre de 2017 cuando la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela dictó cárcel incondicional para los ocho miembros del Govern de Carles Puigdemont que no se habían ido a Bélgica, una causa que a las pocas semanas paso a instruir el Tribunal Supremo.

Junqueras ha buscado en varias ocasiones la revisión de esta decisión pero, hasta la fecha, siempre le ha sido denegada: el 4 de diciembre el juez del Supremo Pablo Llarena puso en libertad a seis de los ocho consellers, dejando en la cárcel al republicano y al extitular de Interior Joaquim Forn.

El líder de ERC buscó de nuevo una salida acudiendo a la Sala de Apelaciones del mismo tribunal, pero el 5 de enero de este año los tres magistrados que la componen volvieron a denegarle la libertad, alegando riesgo de que reiterara en los delitos de los que se la acusa.

En estos tres meses se ha presentado, aún estando encarcelado, como número 1 de ERC a las elecciones catalanas del 21 de diciembre sin poder participar en ningún acto de campaña, unos comicios en los que su partido logró los mejores resultados de su historia, pero con un sabor agridulce porque aspiraba a ganar.

INTERNACIONALIZACIÓN

En paralelo a los intentos para lograr la libertad condicional, este jueves el abogado británico especialista en derecho internacional y derechos humanos Ben Emmerson anunció que asumía la representación de Junqueras, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart para llevar el caso a Naciones Unidas.

En concreto, buscan que el Grupo de Trabajo contra la Detención Arbitraria de ONU haga un informe, que sería no vinculante, defendiendo que se trata de "detenciones arbitrarias" y por motivos políticos y presionando así al Estado para que permita su liberación.

LIDERAZGO EN EL AIRE

En ausencia de Junqueras, su número dos de ERC, Marta Rovira, asumió el liderazgo durante la campaña electoral pero, tras las elecciones, ha mantenido una escasa presencia pública, cediendo todo el protagonismo a compañeros de partido.

En los medios, el papel principal lo ha asumido el doble portavoz del partido y en el Parlament, Sergi Sabrià, mientras que el nuevo presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, ha asumido en liderazgo desde las instituciones.

Sin poder ser entrevistado en persona por medios de comunicación, Junqueras ha tratado de influir en la actividad política a través de cartas y de entrevistas que ha respondido a través de sus colaboradores habituales y también de sus abogados.

"SIMBÓLICA"

En la última, publicada el jueves por ''diario16.com'' entraba de pleno en la polémica por la investidura: proponía combinar una presidencia de la Generalitat "simbólica" con otra efectiva, asumiendo la imposibilidad de que Puigdemont pueda ejercer de presidente con normalidad estando en Bélgica.

Junqueras asume en la misma entrevista que las dificultades para él son la mismas, y aunque no renuncia a formar parte del próximo Govern, ante su situación admite que no podría ejercer con normalidad un cargo en el nuevo Ejecutivo catalán: "La prisión tiene muchas limitaciones. Vendría a ser lo mismo".

El líder republicano ha recogido el acta de diputado pese a estar en la cárcel y ha pedido la delegación de voto para la sesión constitutiva del Parlament y para la de investidura: en el primer caso fue autorizada, en la segunda quedó en el aire por el aplazamiento del pleno.