Dejar el tratamiento médico contra el cáncer para seguir otro alternativo o combinar ambos puede ser peligroso, algo en lo que llevan dando la batalla hace tiempo asociaciones de pacientes y oncólogos que alertan contra las pseudociencias: "No hay terapias mágicas".

Una advertencia que las organizaciones y los expertos consultados lanzan con motivo del Día Mundial del Cáncer, que se celebra mañana, ante la proliferación de pseudoterapias que prometen curaciones milagrosas sin ninguna base científica.

Se trata de terapias a las que siempre han recurrido pacientes con la enfermedad pero que de un tiempo a esta parte han tenido más repercusión mediática, lo que ha provocado que los médicos tomen más conciencia de la importancia de alertar de los peligros que entrañan.

"Todo el estamento médico está siendo consciente de los riesgos y hemos abandonado una postura de ''no vamos a meternos en esto para no darles mas argumentos'' para decir que es una situación intolerable", afirma el portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Miguel Ángel Seguí, quien reconoce que en este asunto "la medicina normal tiene que mojarse un poco más".

Las pseudoterapias van desde cambiar algún aspecto de la alimentación hasta tomar lejía diluida en agua, hacer enemas con café, imposición de manos o terapias mentales, entre otras, que siempre conllevan un riesgo para la salud de los pacientes.

Fue el caso de un joven valenciano con leucemia que murió después de seguir una dieta denominada "ortomolecular", que consiste en modificar los hábitos alimenticios y en la ingesta de ciertos tipos de vitaminas, según relata el padre del chico, Julián Rodríguez, quien a raíz del fallecimiento de su hijo inició una batalla legal contra el naturópata que se la aconsejó.

Según el padre, el joven abandonó el tratamiento inducido por esta persona, que fue acusado de intrusismo y homicidio imprudente, pero que ha sido absuelto esta semana por un juzgado de Valencia al considerar que no estaba probado que el fallecido dejara la quimioterapia por su indicación.

Rodríguez recurrirá la sentencia porque opina que es "claro y evidente que la contaminación de los mal llamados tratamientos alternativos llegan incluso a los profesionales de la justicia, que lo siguen llamando terapias cuando no tienen ninguna evidencia científica".

En el mismo sentido se pronuncia la presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), Begoña Barragán, en declaraciones a Efe: "Lo único que hay demostrado científicamente es lo que tenemos a día de hoy. Que más quisiésemos los pacientes que una imposición de manos o una pildorita mágica nos evitara pasar por los tratamientos convencionales y nos curase, pero no existen".

Aunque no hay estadísticas "claramente fiables", el portavoz de la SEOM señala que "probablemente" hasta un 40 % de los pacientes con cáncer siguen algún tratamiento alternativo, como el cambio de dieta, entre otros, y en el caso de los tumores de mama, la cifra alcanza hasta casi el 70 %.

De hecho, en la Gepac dedican cada vez más tiempo a explicar a los pacientes los riesgos de estas terapias "bien porque pueden interactuar con el tratamiento médico que se sigue o porque puede acarrear el abandono de éste, lo que puede llevar a la muerte", señala Barragán.

"El otro riesgo, apunta el portavoz de la SEOM, es "pensar que todo lo que lleva el apellido natural es inocuo y no hay nada que lo sea"; ni siquiera los tratamientos a base de hierbas o minerales, que muchos de ellos no tienen ningún control sanitario.

Barragán insiste en que "en el cáncer no hay magia" y pide cautela para "no caer en las redes de esta gente, que al final lo que hacen es sacarnos los cuartos en el mejor de los escenarios, porque en el peor nos quitan la vida".

Tanto los pacientes como los profesionales sanitarios coinciden en que con la legislación actual se podría actuar contra los que prometen la curación de la enfermedad con terapias alternativas pero abogan por una mayor regulación.

Los pacientes, además, van más allá al criticar "la inacción" de las autoridades sanitarias para perseguir este tipo de "publicidad engañosa".

"La Administración no hace cumplir las leyes. ¿Los inspectores visitan estos centros? No. ¿Deberían cerrarlos según la legislación vigente? Sí. ¿Y por qué no los cierran? La palabra es inacción e irresponsabilidad", denuncia el padre del joven con leucemia fallecido.

Desde el Ministerio de Sanidad, se recomienda a los enfermos seguir los tratamientos indicados por los oncólogos, no interrumpirlos y, en todo caso, consultar con el especialista cualquier otra alternativa que les hayan propuesto.

No obstante, los pacientes insisten en que no es culpa suya, sino que "hay desaprensivos que se aprovechan de su vulnerabilidad para lucrarse", mientras "las autoridades miran para otro lado".