Un grupo de comerciantes de la avenida La Trinidad demanó ayer al Ayuntamiento de La Laguna la ejecución de un tratamiento rugoso al pavimento de los pasillos de la concurrida calle, una piedra basáltica pulida que se ha convertido en una auténtica pesadilla para vecinos, visitantes y comerciantes en época de lluvias.

En este caso, la caída ayer de una estudiante que transitaba por la acera que se encontraba mojada frente a una conocida cafetería ha levantado las quejas de los residentes ante una situación que se repite de manera continua porque el pavimento instalado durante la renovación de las infraestructuras de la avenida, motivadas por la construcción del tranvía y el aparcamiento, es resbaladizo.

Los denunciantes apuntaron que el caso de ayer no es único y que es normal que a lo largo de todo el pasillo hacia el Intercambiador se produzcan incidentes. Es el caso del lunes cuando "frente a un comercio de venta de electrodomésticos una persona mayor sufrió en sus carnes la caída", siendo ayudada por unos clientes de otra cafetería.

"Al final los vecinos son buenos y no denuncian al ayuntamiento, pero alguien se tiene que responsabilizar de lo que sucede aquí cada vez que llueve. La gente camina, como es normal, al resguardo de la lluvia, pero deja todo el pasillo central mojado. Ese no es el problema, sino la piedra pulida que existe y que cada que vez que coge agua se convierte en una pista de patinaje artístico", apuntó el responsable de una cafetería de la avenida junto a clientes y otros responsables de comercios.

Precisamente, uno de los clientes apuntó que las caídas se han convertido en algo normal y a pesar de tener conocimiento de ellas, los vecinos, "tarde o temprano, vuelven a tener un susto".

Los afectados reclaman una acción integral del ayuntamiento a toda la avenida La Trinidad para minimizar los riesgos de caídas en los pasillos interiores de la concurrida calle. Sobre ello piden que se expongan soluciones y las mismas pueden venir por un tratamiento de líquidos, "una opción que no nos hace mucha gracia", o la quema de la superficie de la piedra para hacerla mucho más rugosa y evitar caídas, sobre todo en las zonas que no están protegidas directamente de la lluvia. Exigen que su petición sea atendida.