En una semana marcada, en parte y al principio, por lo dicho por el presidente de Ashotel sobre la explotación laboral, el máximo responsable del Consejo Económico y Social de Canarias (CES), Blas Trujillo, prefiere trascender la afirmación y centrarse más en abusos que se puedan dar bajo la falsa excusa de que la crisis continúa. "Ya es hora de revertir en la sociedad los beneficios", afirma.

¿Cree que la idea de Marichal de que, en España, "quien se deja explotar es porque quiere" está extendida entre el empresariado?

Esas frases se dicen de manera ligera. La gente que se deja explotar, a la que se explota, es por necesidad. Solo quien no ha tenido necesidad perentoria puede decir eso. Los que tienen necesidad absoluta entran, a veces, por el aro de una manera que jamás querrían. En todo caso, lo importante no es la fortuna o no de una afirmación, sino que, en una sociedad desarrollada como esta, no debe tolerarse que haya abusos ni en lo laboral ni en nada, y a eso es a lo que debemos aplicarnos.

Pero, ¿cree extendida esa visión?

No, ha sido una frase puntual y desafortunada que no se debe elevar a categoría de criterio de nuestro mundo empresarial. Una mala tarde (mañana) la tiene cualquiera.

¿Mucha gente no denuncia por miedo, y más en Canarias?

No lo extendería a una situación de presión y explotación al trabajador, más allá de casos puntuales en los que se exceden las horas extra, por ejemplo. Sí que hay un efecto de la crisis a combatir: que ha aumentado de manera notable la desigualdad y que el ajuste económico canario y español ha venido por reducir el empleo y devaluar salarios, al no poder devaluarse la moneda.

Pero ese ajuste coincide con 4 últimos años de crecimiento en Canarias de más del 3%: ¿cuándo se recupera ese desfase? ¿Hay clase media?

Clase media hay porque, si no, sería imposible soportar la estructura social. Sí es cierto, y es uno de los efectos devastadores de la crisis, que buena parte de la clase media ha bajado de escalón y, aunque llevemos 4 años con el ciclo económico invertido, los efectos son tan brutales que, en muchos indicadores, no recuperamos los niveles precrisis. Sí hay que combatir la tentación de algunos de continuar como si la crisis siguiera existiendo y no revertir a la sociedad los beneficios, que ya es hora de que permeabilicen y vayan bajando más estratos sociales, y cuanto más rápido, mejor.

¿Eso pasa por una subida salarial y de qué calibre?

No creo atinado fijar una cifra?

Pero, un mínimo?

Para recuperar, siempre hay que tener en cuenta los indicadores de inflación, ya que, si la subida no está a su nivel, se estará perdiendo. También hay que ver la situación micro de los sectores y las empresas por parte de los empresarios y sindicatos, ya que, con independencia de que algunos sí pueden mejorar salarios, otras, pese a los indicadores macro, siguen desestructuradas y apenas sobreviven. Se debe ver dónde distribuir con más generosidad, alegría o justicia y distinguirlo de empresas que siguen ajustándose.

Pero los sindicatos dicen que su margen de negociación es mínimo con la reforma laboral: ¿todo pasa por su derogación o por cambios?

Sí, esa reflexión es importante. Esa reforma disminuye la capacidad sindical en la negociación colectiva y esto es clave, malo y se debe revisar, pues en todo país avanzado tienen una presencia importante porque es la garantía de un diálogo válido con el empresariado. Este salto debe corregirse.

Algunos lo discuten, pero ¿qué piensa del informe que habla de un 44% de pobreza en Canarias?

Con estos datos, y puesto que hay opiniones para todo sobre cómo se obtienen, no debemos quedarnos con la cifra, pues se pondrá en duda siempre. Sí es evidente que hay otros indicadores que hablan de un volumen importante de pobres.

¿Tiene el CES datos más fiables?

Prefiero aprovechar esta tribuna para decirle al Gobierno y la sociedad que, aunque mucha gente preconiza que estamos en la etapa de la transparencia, y eso está muy bien, obtener datos microfiables y con claridad sobre un montón de variables en Canarias es una tarea ingente. Curiosamente, se obtienen datos más fácilmente de órganos estatales, como el INE, que aquí. Tenemos muchas carencias y, urgentemente, necesitamos mucha mayor transparencia y accesibilidad a datos reales de todos los aspectos de nuestra vida económica y social.

Por eso, ¿cuestiona ese 44%?

Habría que empezar definiendo qué es un pobre porque, si a alguien que ande por nuestras Islas se le dice que la mitad de los canarios son pobres, dependerá de quién sea para creerlo: si es de un país con una renta alta, dirá que sí, pero es evidente que no si es de otras sociedades. La impresión que tenemos todos es que no es así, pero no me gusta quedarme con la cifra, ya que unos dirán que es el 23%, otros, que el 32... Sí está claro que hemos sufrido una crisis de caballo, la mayor en la etapa democrática, y sus efectos siguen perviviendo en capas importantes de nuestra sociedad.

¿Y cree que se alargará mucho?

Prefiero indicadores como el paro y seguimos en un 22%, si bien está el matiz de hasta dónde llega la economía sumergida. No obstante, tenemos un desempleo con el que no se debe convivir de forma tranquila en una sociedad avanzada.

Se dice que las Islas siempre tendrán un paro estructural: ¿debemos resignarnos o cabe bajar del 10%?

No tenemos que resignarnos a nada. Si lo hacemos en la vida ante cualquier eventualidad, nos rendimos rindiendo y no hay ninguna ley, como la de la gravedad, que diga que estemos condenados para siempre a eso, a un paro insoportable. Otra cosa es tener los pies en el suelo para analizar nuestra capacidad para absorberlo, y más si aún crece la población activa, como dice la EPA, que hace que la reducción del desempleo sea más baja que en el Estado. Lo importante es poner los elementos para que le economía fluya, con todos los condicionantes de la canaria, aunque es cierto que, a veces, ponemos un sinfín de procedimientos y trabas administrativas que lo paran?

En ese sentido, ¿es acertada, al menos a priori, la ley del suelo?

Hombre, esa es la pretensión, pero, luego, entramos en la discusión de si tal medida u otra puede ser adecuada, y ya ha habido críticas a la materialización concreta por sus efectos indeseados. Además, se dan casos de denuncias por retrasos de más de un año en ciertas administraciones al otorgar permisos para actividades económicas con explicaciones de todo tipo. Si ya tenemos dificultades para generar actividad y, además, no somos diligentes en esto, pues tendrá efectos negativos?

Hablaba de economía sumergida y siempre se ha calculado aquí entre un 25 y 30%: ¿el CES tiene datos así o, por concepto, no puede saberse?

Los últimos cálculos los ha hecho la consejería de Empleo, cuando quería lanzar un refuerzo de las campañas de inspección de trabajo, y hablan de ese porcentaje, aunque también luego vienen los que discuten la metodología y creen que es excesivo, que es lo que parece, pero es lo que se maneja.

Reforzar a los sindicatos

Ante los datos de la campaña reforzada de inspección de trabajo, cree relevante "que la reciente concertación social refuerce esas inspecciones contra malas prácticas. Esto dice mucho de nuestro mundo sindical y empresarial, ya que, a veces, nos olvidamos de que uno de los primeros perjudicados es el empresario cumplidor, pues sufre competencia desleal porque no se aplica el convenio, se hacen más horas extra sin pagar y se quita mercado". Ante esto, y tras recordársele que la EPA apunta a un 60% de horas extra sin pagar, admite que nadie las hace así voluntariamente, "por lo que hay abuso y desventajas. En esto, lo importante es dar mayor presencia a los sindicatos para defender al trabajador". ¿Y las pymes sin comités? "Claro, y son la mayoría, pero por eso debe reforzarse al sindicato, no a representantes".

Modelo y energía limpia

A su juicio, "lo del cambio de modelo es un tópico típico. Debemos desarrollar toda actividad que podamos. Por fortuna, somos buenos en turismo y debemos complementarlo, pero cambiarlo es ridículo, pues ¿qué significa, que cerraremos hoteles o que hay algo incipiente que lo sustituirá? No. Sí avanzamos en reparación naval y de plataformas, y no hablamos de barquitos de pesca, sino de alta tecnología, como la aeronáutica. Debemos aprovecharlo, pero no sustituirá nada. ¿Que, en 10 años, la economía del conocimiento será el 10% del PIB? Ojalá, pero parece muy optimista y habría que definirla bien". Sobre energía limpia, cree que "sí se apuesta, pero el problema son las trabas, y que me digan dónde poner un parque eólico en Fuerteventura o Gran Canaria. Por suerte, estamos condenados a esa apuesta, al ser los únicos que aún quemamos fuel. Debemos resolver las trabas y, hasta eso y porque este territorio es limitado y no soporta toda la carga renovable, debemos desarrollar la eólica-marina y no es razonable que, con centrales de ciclo combinado, aún quememos fuel con un combustible más barato y menos contaminante: el gas. Además, siempre necesitaremos la convencional de apoyo, pues la limpia no llegará al 90%. Debe saberse, por ejemplo, cuánto megawatio se pone cada lustro".