Tiralenguas marcó la diferencia con su tema de policías portuarios, en la primera fase de la noche, en la que sin duda se dejó notar el inmejorable trabajo de la organización de esta cita, que tras sucesivos aplazamientos optó por un recinto que suma puntos para convertirse en sede de futuras citas.

1. Irónicos (2004). Tras las reiteradas suspensiones por la lluvia, abrieron la segunda cita murguera Irónicos, en su regreso a concurso tras un año sabático. Tal vez por eso se notó un bajón, tanto en el número de componentes como en su repertorio. La presencia de 33 integrantes parecía evidenciar que no eran los Irónicos de antes. Y se confirmó cuando se les escuchó cantar y, en particular, con el estilo de letras, que supone un giro en su apuesta de una murga siempre favorita.

Los dos temas de Irónicos llevan la firma de Borja Díaz, nada que ver con su autor de cabecera, Sergio González. Los de Samuel Hernández cantaron "El Espantapájaros". El arranque, al estilo Triqui, decía que los "dedos" se los había mordido un ratón. Luego el Espantapájaros parecía que ponía "me gustas" en Facebook. Incrustaron una referencia de "humor" al alcalde de La Orotava para luego criticar el olvido al que los políticos someten el campo. El tema se tambaleaba.

De segundo, "Mayores tesoros", canción a los mayores en la que, por un momento, parecían confundir canarismos con refranes. El tema era un todo en uno, para luego cantar al copago, ley de dependencia... La misma estructura que el primero. Arrancan con un intento de humor y luego giran a la crítica social. Irreconocibles Irónicos 2018, que fueron más románticos que "irónicos".

2. Tiralenguas (1991). Tal vez esperaban a unos Irónicos potentes y decidieron echar su mejor tema para abrir boca y luego bajar la guardia, por lo que fue una actuación de más a menos. Dirigidos por Vera y con el montaje musical de Xerach Casanova, de Mamelucos, que lleva tres años con los de Icod, Tiralenguas marcó diferencia solo con el número de componentes.

Terceros de Interpretación en 2017, consolidan su línea ascendente. Su primer tema, una joya. Con el hilo conductor de "Policía portuario", fueron divertidos, a la vez que satíricos, cuando aprovecharon la oportunidad de estar en Garachico para reprochar la inversión de 40 millones. Ahí dijeron que por el puerto pasaron Cristiano y Messi, o que se reconoce a los visitantes del puerto por la bandera... y se tiraron a la piscina con la Estrella de las Siete Estrellas Verdes. Golpazo cuando dicen que Carlos Alonso va a recomendar ir navegando a currar. Un pero, la referencia al "barco de las murgas del Norte", que hace aguas... Este reproche tal vez solo abre una vía de agua. Con ese matiz, Chano firmó un buen tema. El segundo, "Propiedades", pero se olvidaron de mezclar los mismos elementos del primero para no dervirtuar su actuación. Una letra con referencias a las microalgas, a los funcionarios, una forzadísima mención al humor de Cádiz, al ministerio de Hacienda para acabar con mención al Carnaval. Precisamente Hacienda pareció embargar la genialidad de su primera canción. Pero con permiso de los descalificados, Trapaseros, los mejores hasta ese momento. Letra de Josué González.

3. Trastocadas (2010). En tercer lugar reaparecieron, tras el descanso del año pasado, Trastocadas, llegadas del Puerto de la Cruz. Fueron una muy agradable sorpresa anoche, sonaron muy bien. Todo un mérito salir 20 componentes, ajustadas al mínimo, con una voces y una vocalización de calidad, pero con errores gruesos en sus letras. Después de Trapaseros (descalificados) y Tiralenguas, las mejores hasta ese momento. Se hicieron oír. El primer tema, "Una comanda" de buenos argumentos en la que hicieron menciones, con ironía, a Clavijo y criticaron la situación del tráfico en la autopista. Pero dijeron que Zerolo está preso. Y no es así. Acabaron con una solista que llenó de magia su actuación, en un canto a la situación de Venezuela, los abuelos, el "bulling" que viven los niños o las familias que están en la calle. La actuación tenía magia. Pero cantaron un segundo tema que parecía hecho para restar puntuación. Fue el "Enterado", y parecieron hacer gala al personaje. Mezclaron la mención a los ladrones que hay en Canarias, los banqueros, con una crítica desmedida al concejal de Fiestas de Puerto de la Cruz, del que dijeron que no ayuda a los grupos, precisamente el año que ha devuelto las subvenciones: 80.000 euros para 12 grupos. De nuevo otro tropiezo del letrista. Siguieron con un viaje que pareció desmedido -si la vocalización no jugó mala pasada-, cuando parece que llaman corrupto al concejal de Deportes. En busca de un levantaplazas desesperado, cantan una retahíla social después de sentenciar a los abusadores su propia condena: "Cacho de cab...". Más ácido que acento murguero. Bonitas voces, presencia, mucho esfuerzo, pero la letra era más un lastre.

4. Virgueritos (1975). Dirigidos por Pedro José Ortiz, la murga decana del Norte, llegada desde La Orotava, demuestra su esfuerzo por estar a la altura del concurso, incluso en un año en el que hace tres semanas se quedaron sin director musical.

A su primer tema, "La Lavandería", le faltó echar un buen producto para hacer una buena colada. En su "secadora", no lavadora, metieron el mulle, la playa... Lo mejor fue la referencia al traje de Eloísa, para luego girar y cargar contra los políticos. Parecía una ristra de tópicos acabados en -ón para cargar contra los gestores. A la letra le faltaba un lavado y un planchado.

Acabaron con "Los cuatro jinetes". Parecieron salir mal parados del combate. Sin duda, una letra más ambiciosa en su título que en el desarrollo. Fue la segunda parte del tema de los políticos, para mencionar que este pueblo tiene hambre de cultura... y de ahí, viaje a La Orotava por no cuidar el Carnaval.

EL DÍA ofrece en su edición de mañana, lunes, la crónica de la final que se celebra esta tarde, desde las 19:00 horas, así como la tercera fase celebradas desde las doce de la madrugada. Ya de madrugada se comunicó el nombre de los siete finalistas de esta tarde. Lo difícil, elegir siete para cantar hoy, máxime cuando hay doce murgas participantes y una descalificada.