El CD Tenerife comunicó a primera hora de la tarde de ayer la destitución de José Luis Martí, que tenía contrato con el club hasta el 30 de junio como entrenador del primer equipo. Hoy se despedirá en una rueda de prensa en la que estará acompañado por el presidente de la entidad, Miguel Concepción.

La derrota del sábado en Granada resultó definitiva. Probablemente, el empate que estuvo a punto de lograr el equipo tras ir perdiendo 2-0 tampoco habría cambiado la decisión de Concepción, que estuvo presente en Los Cármenes. Cuando la expedición blanquiazul llegó ayer a la Isla, en un vuelo procedente de Málaga, ya no había vuelta atrás con el despido de un entrenador que debutó en los banquillos gracias a la apuesta que realizó el Tenerife por él en noviembre de 2015. A partir de ahí, de la duodécima jornada, José Luis cumplió el primer cometido de reconducir una campaña que, teniendo a Agné como primer "míster", había convertido al representativo en uno de los cuatro peores de la categoría. Martí no solo supo cambiar esa dinámica, sino que acercó al conjunto tinerfeño a los puestos de promoción, ganándose así la renovación de su contrato. Y llegó la temporada en la que el Tenerife estuvo a punto de subir a Primera bajo la supervisión del preparador mallorquín. La derrota en la eliminatoria final ante el Getafe dejará una marca imborrable en su todavía corta carrera como técnico.

Tras esta decepción, el que fuera capitán del plantel blanquiazul durante tres cursos, del 00/01 al 02/03, volvió a liderar un proyecto en el Tenerife, esta vez con el propósito de mejorar el resultado de la Liga anterior, es decir, de subir a Primera. En cambio, después de 25 jornadas, el equipo se encuentra en el decimocuarto lugar de la tabla, a once puntos del sexto clasificado, el Lugo, y a 14 del segundo, el Cádiz. Y lo que es peor, su margen con el decimonoveno es de solo un punto. Son las consecuencias de una trayectoria que no se corresponde a la de un candidato al ascenso: siete victorias, las dos primeras en las dos jornadas iniciales, nueve empates y otras tantas derrotas, un punto de los últimos doce o nueve de los 33 del tramo más reciente...

Los números y el deficiente funcionamiento del equipo fueron limitando la confianza de Concepción en Martí. Aunque a finales de diciembre llegó a afirmar que tenía una "fe ciega" en el entrenador, ha terminado por dar el paso de buscar un revulsivo a modo de cambio en el banquillo.

El club trató de evitar un desenlace que ya contemplaba desde la derrota en el campo del Zaragoza, el 13 de enero. En lugar de tomar una medida drástica, los dirigentes optaron por concederle a Martí dos oportunidades más. Ante todo pronóstico, el 1-3 ante el Barcelona B en el Heliodoro no provocó su salida. En medio del mercado de fichajes y en la semana de la incorporación de Luis Milla, el técnico continuó al frente del grupo y lo dirigió en el empate con el Valladolid, partido en el que el equipo experimentó una leve mejoría. Pero fue un despertar engañoso. El 2-1 en Granada dictó su sentencia.