El último sondeo del Centro de Estudios Sociológicos (CIS) sobre intención de voto de los españoles ha dejado sentimientos encontrados en las filas socialistas. Mientras algunos parlamentarios felicitan a la dirección de Pedro Sánchez por mantenerse como segunda fuerza y recortar distancias con el PP, otros muchos no ven motivos para la celebración.

Pedro Sánchez, que renunció a su acta de diputado en octubre de 2017 para no tener que votar la investidura de Mariano Rajoy, se desplazó este martes al Congreso de los Diputados para insuflar ánimos a los suyos y marcar la agenda de trabajo para los próximos seis meses.

En una reunión interna con diputados y senadores, Sánchez compartió sus impresiones, porque así se lo pidieron, sobre el último sondeo del CIS, que otorga al PSOE un 23,1% de apoyos si las elecciones fueran hoy, un punto menos que la encuesta anterior del mes de octubre y 1,8 puntos menos que en julio.

En año y medio de legislatura apenas han subido 1,5 puntos desde el 22,6% que lograron en las últimas generales. Esa falta de impulso pese a haber renovado el partido con la reelección de Pedro Sánchez preocupa dentro del Grupo Parlamentario Socialista, donde los ''sanchistas'' eran y siguen siendo minoría.

La reflexión que Sánchez hizo ante los suyos sobre el CIS se resume, según han relatado a Europa Press algunos de los presentes, en dos ideas: la existencia de un triple empate entre PP, PSOE y Ciudadanos en intención directa de voto y la confianza del líder en que el partido tiene opciones de ganar las elecciones.

Pero ese optimismo no es compartido por el grupo parlamentario en su conjunto. Hay quienes tienen la sensación de que Sánchez y su equipo parecen conformarse con mantener la posición hegemónica dentro de la izquierda, con la pérdida de influencia de Podemos por su posición en la crisis catalana.

"Estamos más cerca del PP, sí, pero también más lejos de Moncloa", ilustra un diputado de larga trayectoria política, consciente de que la caída de Podemos lastra las opciones del PSOE para gobernar, sobre todo si los votos que pierde la formación ''morada'' no van a parar a los socialistas.

EL OPTIMISMO DE LA DIRECCIÓN

La dirección que encabeza Pedro Sánchez hace una lectura más optimista del CIS. Destaca que el PSOE empezaba el año 2017, cuando estaba dirigido por la gestora, con una intención de voto del 18,6 por ciento, por lo que en un año ha crecido cinco puntos, mientras que su "principal competidor", el PP, ha perdido siete puntos, con lo que la distancia entre ambos se ha reducido 12 puntos.

El portavoz de la Ejecutiva Federal, Oscar Puente, puso este lunes el acento en que el PSOE aparece en el sondeo del CIS primero en intención directa de voto, en intención de voto directa más simpatía y también es la primera fuerza con la que se identifican los ciudadanos cuándo se les pregunta cuál es el partido que se aproxima más a sus posiciones ideológicas.

No obstante, y a pesar de esta lectura positiva, la cúpula reconoce que los datos del CIS no son satisfactorios y no lo serán hasta que el PSOE aparezca como primera fuerza.

Entre el optimismo de unos y el desánimo de los otros, hay posiciones intermedias, la de aquellos que conceden la justa importancia a un sondeo que se realiza con más de un año de distancia de las primeras citas electorales previstas por ahora, las municipales, autonómicas y europeas de 2019.

A estos últimos, el sondeo les deja "indiferentes" dado que no refleja cambios bruscos en el apoyo que le van dando las últimas encuestas al partido.