Starman, el maniquí que "pilota" el descapotable Tesla que salió ayer de la Tierra a bordo del primer cohete Falcon Heavy, el más potente de la historia, no llegará finalmente a Marte.

El vehículo abandonó ayer la órbita terrestre y se empezó a adentrar en el espacio profundo. Según explicó Elon Musk, presidente de Tesla y de Space X, "al cabo de tres igniciones del propulsor al que va fijado el coche, la trayectoria precisa para encaminarse a la órbita de Marte ha sido excedida y el coche espacial se dirige hacia el cinturón de asteroides".

De los tres populsores del Falcon Heavy que llevó el coche hasta el exterior de La Tierra, los dos laterales volvieron sanos y salvos al planeta, con un aterrizaje impecable. El último de ellos, el central y último en desprenderse, no aterrizó en la plataforma marina en pleno Océano Atlántico prevista, sino que cayó al mar.

Los dos primeros se desprendieron a los dos minutos y medio del despegue del cuerpo principal y regresaron de forma controlada a puntos de aterrizaje situados en el propio Centro Espacial Kennedy, sólo siete minutos después del lanzamiento.

El motor principal del cohete prosiguió proporcionando empuje a la cápsula superior para la carga útil. Un minuto después, este cohete también se separó y, aunque en un principio se pensó que regresó hacia la plataforma marina donde estaba planeado su aterrizaje, cayó finalmente al mar.