Tras aprobar en su último Congreso regional la implantación de una ecotasa turística en las Islas, el PSOE ha decidido iniciar el recorrido parlamentario de su propuesta, que supone un cambio sustancial de la posición defendida por los socialistas en los últimos años. Ahora, lo que se pretende en debatir antes de que termine la legislatura es una propuesta de ecotasa similar a la que existe en Baleares -allí se inició en 2,5 euros por pernoctación, y ya va por el doble, y es probable que en los próximos meses se suba entre medio y un euro más-. Algunas ciudades turísticas europeas y españolas contemplan tasas de pernoctación mucho más elevadas, y uno de los problemas de este tipo de tasas, que generan importantes ingresos -en Canarias una ecotasa de tan solo un euro podría sumar 70 millones de recaudación-, es que una vez creada es difícil no ceder a la avaricia recaudatoria. A fin de cuentas, el efecto sobre el turista de un aumento total de coste por viaje de entre cuatro y diez euros -cuatro pernoctaciones- no parece muy determinante para desincentivar su decisión de viajar a un determinado destino.

Sin embargo, los empresarios turísticos -los mismos que hoy discuten con absoluta tranquilidad la creación de una "tasa de hamacas" de tres euros diarios a gestionar por los hoteles- siempre se han opuesto a la ecotasa turística, alegando que provocaría una grave retracción de visitantes. Bueno, podría ser que se pierda alguno de los 16 millones de turistas que hoy visitan las Islas, pero serían cifras ridículas comparadas con los ingresos que la ecotasa generaría. Como siempre, aquí lo que ocurre es que no se dice la verdad: lo que realmente molesta a los empresarios turísticos de la introducción de una ecotasa es que sería un dinero manejado exclusivamente por las administraciones y del que ellos probablemente no verían resultados concretos. Cada partido establece en sus propuestas un determinado destino a los recursos que genere la ecotasa, pero ninguno establece que el sector recibirá directamente alguna compensación por aplicarla. Nueva Canarias, primer grupo en defender abiertamente la implantación de la fórmula, y el que la ha defendido con más solvencia y criterio, quiere que la ecotasa -de un euro y medio por noche- se pague solo en los establecimientos de mayor calidad -cuatro y cinco estrellas- y que lo recaudado se reparta a mitad entre el Gobierno de Canarias y las corporaciones locales (cabildos y ayuntamientos), para ser destinado a rehabilitación y mejora de infraestructuras. Podemos, que lleva tres años defendiendo la tasa, la quiere con una capacidad recaudatoria cuatro veces superior a la planteada por Nueva Canarias, aunque el uso de los 400 millones que se recaudarían es más difuso, y también se habla de gastarlos en "promoción y formación de empleados". Ahora, el PSOE se suma a quienes reclaman la tasa. Pero eso no quiere decir que pueda prosperar en esta legislatura. Coalición y el PP se oponen a que entre en funcionamiento, por lo que el cambio de posición del PSOE podría no ser determinante, a menos que los socialistas logren convencer a Coalición, en donde ya hay algunas voces partidarias de que se aplique la medida, acompañándola de una reducción del IGIC, que pagamos todos los canarios. No es una mala idea, desde luego, hacer que quienes más territorio y recursos consumen en las Islas contribuyan a equilibrar su fiscalidad.