Hemos terminado una semana en la que los avisos y las alertas meteorológicas han marcado la agenda de lo cotidiano en los actos del Carnaval y en la vida política de este archipiélago. El tiempo está cambiando hacia unos extremos que alteran los calendarios de actividades planificadas al aire libre o que contengan desplazamientos, y eso conlleva alteraciones a las que no estamos acostumbrados. Es tiempo de que sigamos reclamando una mayor precisión en los pronósticos del tiempo, en los que las islas tengan un sistema más sofisticado en el que la fiabilidad tenga un rango más elevado. Eso redundará en una mayor confianza y la planificación será más efectiva. Nevadas, placas de hielo, temperaturas bajas y vientos fuertes son fenómenos que habitualmente nos han sonado más a climas continentales que a valores suaves como los que siempre nos han caracterizado. Parece que nos vamos a tener que acostumbrar a estas novedades, de ahí que se hayan producido problemas por la curiosidad de ciudadanos ávidos de visitar las zonas altas de las islas para ver nevar o de tener vivencias en ese entorno, lo que provoca problemas en los que se han tenido que emplear los servicios de emergencia y rescate. Por tanto, hay que concienciar a la sociedad de seguir las recomendaciones y que ninguna experiencia ponga en peligro la vida de nadie, ni de particulares ni de personal especializado. Es necesaria una buena y razonada información y ampliar la vigilancia para su cumplimiento.

Estamos asistiendo, por otra parte, a un debate sobre las energías a emplear en un territorio como el nuestro rico en viento, sol o geotermia y que sin embargo sigue apostando por combustibles fósiles, que provocan una mayor contaminación medioambiental. Nuestras centrales eléctricas se alimentan de fuel constantemente, teniendo aprobados planes en los que el gas cobraba un protagonismo notable, y ahora, cuando se presentan las inversiones para implantar ese modelo, vemos que ya existen otras opciones. Desde algunos organismos oficiales defienden que el gas es una elección transitoria y que es preferible combinar el gas con el fuel que emplear solo el segundo. Otros sectores explican que la apuesta tiene que ser más decidida hacia las renovables y que el uso de las nuevas energías está muy por debajo de la media nacional. Por tanto, es tiempo de clarificar y de tomar decisiones que modernicen las fuentes de energía a emplear y que la solución esté vinculada a que se rebajen las emisiones y las facturas energéticas. Las indecisiones no deben impedir la búsqueda de nuestro modelo. Las trabas a la captación de nuevas fuentes de energía ya nos han lastrado a lo largo de los años. La petición de fondos estatales para estudiar energías geotérmicas tiene que ser defendida por todo el arco político y en eso la petición del Cabildo de Tenerife ha de ser oída y atendida a la mayor brevedad y asumida por los diferentes partidos. Solo así tendremos un futuro más limpio y posiblemente las condiciones meteorológicas irán más acordes con nuestra posición geográfica.

Pero estamos en Carnaval y el deseo unánime es que sigamos siendo la referencia nacional e internacional de una forma diferente de vivir la fiesta, y para eso el tiempo y la seguridad tienen que seguir en sus valores tradicionales.