Parlamentarios europeos llamaron hoy a redoblar el esfuerzo ante el "enorme" desafío que supone la crisis rohinyá, tras conocer sobre el terreno la situación "terrible" de cientos de miles de miembros de esta comunidad musulmana en los campos de refugiados en Bangladesh.

"En un desafío enorme para Bangladesh pero también para las organizaciones internacionales, creo que nuestra tarea, nuestra obligación es ayudarles. Debemos redoblar nuestro esfuerzo para dar apoyo, especialmente a las organizaciones implicadas", dijo el diputado democristiano alemán Joachim Zeller.

Zeller, miembro del subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, destacó la "terrible situación" por la falta de espacio y las necesidades de alimentos y de atención médica en los campos.

Alrededor de 688.000 rohinyás han llegado a los campos de refugiados de Bangladesh en los últimos cinco meses huyendo de la violencia en Birmania (Myanmar), entre acusaciones al Ejército birmano de perpetrar una "limpieza étnica" contra esta comunidad e incurrir en violaciones de los derechos humanos.

Los parlamentarios europeos tienen previsto viajar mañana a Birmania para entrevistarse con las autoridades del país.

"Debemos hablar, negociar con el Gobierno de Birmania, no es posible que hagan lo que están haciendo, expulsar gente de sus casas", dijo, al destacar que se le ha dado y se le sigue dando "mucho apoyo" al Gobierno birmano para la democratización y modernización del país.

"Creo que deben ser conscientes. (La ayuda) no es por nada, deberían mostrar que hacen realmente algo en ese sentido", dijo.

El presidente del subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, el italiano Pier Antonio Panzeri, del grupo Socialista Europeo, destacó que la visita de los parlamentarios muestra "el compromiso para afrontar y tratar de aportar una solución al drama" de los rohinyás.

Panzeri indicó que en Birmania plantearán "una serie de cuestiones" para asegurarse de que el acuerdo firmado con Bangladesh en noviembre pasado para el regreso de los rohinyás se realiza "con todas las garantías en cuanto a los derechos humanos".

Preguntado por la condición del Premio Sajarov de los Derechos Humanos concedido en 1990 por el Parlamento Europeo a la jefa de facto del Gobierno birmano, Aung Suu Kyi, Panzeri afirmó que quiere hablar con la también premio nobel de la Paz para expresarle su "decepción" por su actuación frente a la crisis.

"De un premio Sajarov y un premio Nobel habríamos esperado un comportamiento objetivamente distinto frente a la población rohinyá", dijo.

El éxodo rohinyá se originó el 25 de agosto, tras una ataque de un grupo insurgente que fue respondido con una campaña militar en el estado occidental birmano de Rakáin, donde se calcula que habitaba alrededor de un millón de miembros de esta minoría musulmana no reconocida por las autoridades birmanas.

La ONU y organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado repetidas veces que existen pruebas claras sobre los abusos y el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU lo ha calificado de "limpieza étnica" y ha afirmado que hay indicios de "genocidio".