El derribo de una casa del entorno de la calle Miraflores, que se inició a primeras horas de ayer por parte de la empresa promotora del inmueble generó cierta inquietud en la capital, después del último enfrentamiento que se produjo entre el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Santa Cruz por una circunstancia similar.

En concreto, el inmueble afectado es el número 23 de la calle Juan de Padrón, esquina con Carmen Monteverde. A pesar de las dudas iniciales, la vivienda no se encontraba ni en el catálogo de protección del Plan General de Ordenación de la capital, ni en el listado de sugerencias que la Corporación insular maneja por sus valores históricos.

Así lo confirmó, primero, el concejal de Urbanismo de Santa Cruz, Carlos Tarife, que estuvo en el lugar, y, después, fuentes del área de Patrimonio Histórico del Cabildo tinerfeño.

Según Tarife, la obra contaba con la licencia oportuna y con todos los permisos necesarios, por lo que no existían razones de ningún tipo para impedirla. Otra cosa es lo que ocurra con los números 21 de Juan de Padrón y 27 de Puerta Canseco, dos inmuebles, también del mismo promotor, que cuentan con licencia para su derribo, pero que están a expensas del resultado de los informes encargados tras la polémica con el Cabildo.

También espera por un documento similar la vivienda del número 23 de la misma calle, aunque una parte ya fue demolida. Ayer, varios operarios reforzaron con hierros la parte de la fachada que quedar por derribar.