El joven escritor grancanario Pablo Fajardo reinicia la colección "Nuevas Escrituras Canarias" con su obra "Al fondo no hay ruido", que fue presentada el pasado viernes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en un acto literario en el que participaron el viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Aurelio González, y el escritor y periodista Juan Cruz, que dieron las claves de esta colección, proyecto que la Viceconsejería recuperó en 2017.

El objetivo de "Nuevas Escrituras Canarias" es la promoción de la literatura de las islas realizada por escritores menores de treinta y cinco años y se propone a través de una convocatoria pública.

El viceconsejero Aurelio González incidió en la importancia de "potenciar y dar oportunidad al talento y creatividad de nuestros escritores emergentes" y así posibilitar "que el público conozca la obra de los principales escritores canarios contemporáneos, en el contexto de un excelente momento creativo en la narrativa isleña".

Con esta presentación en Madrid se da un paso más en la difusión de la creación literaria de las islas más allá del Archipiélago. Así pues, el público asistente al Círculo de Bellas Artes madrileño también pudo conocer "Al fondo hay ruido", primera incursión literaria de Pablo Fajardo (Gran Canaria, 1983), hasta ahora dedicado al mundo audiovisual, especialmente en las labores de guionista.

La obra de Fajardo es, por tanto, la primera en incorporarse a esta colección recién recuperada por el Gobierno, ya que "Nuevas Escrituras" posibilitó que accedieran a publicar por primera vez sus obras diversos autores hasta los años noventa, cuando fue suprimida, por lo que esta reactivación supone un hito destacable en las políticas de difusión de la escritura y promoción lectora.

Los personajes que conforman las diferentes historias del "Al fondo hay ruido" asisten, perplejos, a la intromisión de lo inexplicable en la realidad. La súbita irrupción de lo fantástico y la aparición de los terrores cotidianos hilvanan el tejido de una serie de relatos donde lo que se calla es tan importante como lo que se dice, poniendo de manifiesto que, a veces, el silencio es el más poderoso de todos los ruidos.