La Guancha es sinónimo de murgas gracias al entusiasmo de Darío Hernández y José Félix Hernández, murgueros de dos orillas. El primero, colaborador de Radio La Guancha; el segundo, excomponente de Diablos Locos. Una noche de Carnaval, en una mesa de la terraza de Casa Toño, se les ocurrió un encuentro murguero. José Félix asumió el reto que desde hace seis años es realidad y ha crecido. Comenzó con cuatro murgas, en el Casino de La Guancha, y desde 2017 volvió a sus orígenes, antes de ser Fiesta Murguera, en el Pabellón Plus Ultra, con seis murgas invitadas.

La Fiesta, como la celebrada el sábado, tiene dos caras. Para medio centenar de privilegiados, la convivencia, con un recorrido por "altares" de La Guancha, donde la Bodega Viña Zanata se ha convertido en el "cuartel general". Comienza con una degustación de vinos, para acabar dejando en el olvido algunos desaires y acabando juntos cantando pasacalles murgueros, boleros o isas en el mágico patio de la casona. Las actuaciones de la noche del sábado se sucedieron Triquikonas (con tema crítico y "Raquel"), Tiralenguas (ganadores del Norte y visitantes en Santa Cruz 2019), Diablos ("Ni Más Ni Menos" y "Escenas de matrimonio"), Bambones ("Homenajes" y "El oportunista"), Zeta-Zetas ("Guardianes" y "Radiografía") y Mamelucos ("Homenajes" y "En primera persona"). Al margen de los protagonistas de la noche, abierta para al público que tiene la oportunidad de ver a la "crema" de la crítica y el pasacalle, en la convivencia participaron representantes de Trapaseros y La Traviata, degustando el "caviar" murguero de la Fiesta: la fraternidad, sin bajar nunca la guardia, con la vista puesta en refuerzos o cómo mejorar en 2019.