Regresa el inspector Ernesto Trevejo. Y parece hasta inevitable que así suceda después de estrenarse con éxito en la novela "Aguaceros" (2016), donde resolvía su primer caso, una historia ambientada en un pueblo de la sierra madrileña en la que se construye un pantano y donde dos guardias civiles fallecen víctimas de tortura y el alcalde y su mujer son ejecutados a sangre fría.

Como su creador, Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988), aquella primera entrega, que llegaba desprovista de cualquier signo de ambición, concitó los elogios de la crítica especializada y una buena acogida por parte de los lectores, razón por la que se aguardaba la reaparición literaria.

Y fue así como "ya con la liberación de saber que la novela había gustado", sostiene el escritor, se lanzó a "revivir" historias, esta vez en un ambiente más urbano, pero igualmente señalado por aquella España de blanco y negro de la década de los 50 del pasado siglo.

Ernesto Trevejo, que nació al público con la obra "Aguacero", sigue siendo el mismo en las páginas de "Primavera cruel", un tipo con "una marcada personalidad del que se sabe muy poco de su pasado y su vida personal, acaso datos muy puntuales", que lo envuelven en un halo misterioso.

En esta oportunidad se encarga de un asunto delicado: un hombre armado ha aparecido muerto en El Pardo, muy cerca del palacio donde reside Franco, y sus investigaciones lo conducen hacia los bajos fondos, la oposición clandestina al régimen, confidentes y policías torturadores, midiéndose cara a cara con un enemigo astuto y cruel.

En palabras de Luis Roso, "bajo la alta política y los hechos históricos subyace todo un mundo sórdido", esa trastienda social que también forma parte de la historia. Y subraya que, aún tratando temas políticos, la suya "no es una novela revanchista; el ambiente político-social lo reflejo de manera fiel" porque, en definitiva, "la resolución del crimen es lo de menos".

Luis Roso admite que desde el punto de vista comercial, "la novela negra está de moda" y lo relaciona no tanto con el género en sí como con el marco narrativo. Y es que a través de la resolución de un crimen se suceden el entretenimiento, la crítica social, la novela histórica... Como una lupa.

Rehacer sagas y explotar un buen producto

Bajo este título ayer, lunes, en la Biblioteca Municipal-TEA de la capital tinerfeña tuvo lugar una mesa redonda enmarcada en el calendario del Festival Tenerife Noir con la intervención de los escritores Claudio Cerdán y Benito Olmo./ ángel hernández

Max Aub en clave noir: crímenes ejemplares

Otra de las mesas redondas que conforman esta edición del Festival Atlántico de Género Negro, que se desarrolló anoche en la Biblioteca Municipal-TEA de la capital tinerfeña, que contó con la presencia del escritor Pedro Tejada./ ángel hernández