China pidió hoy a Estados Unidos que retire "lo antes posible" los nuevos aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio anunciados por la administración de Donald Trump porque, según advirtió, tendrán un "grave impacto" sobre el comercio internacional.

El Ministerio de Comercio chino advirtió en un comunicado de que tomará medidas contra la nueva imposición anunciada este jueves, que será de un 25 % para las importaciones de acero y de un 10 % para las de aluminio y afectará a todos los países que los vendan a EEUU, a excepción de momento de Canadá y México.

"China insta a EEUU a que respete a la autoridad del sistema multilateral del comercio y retire las medidas pertinentes lo antes posible", señaló el director del departamento de investigación comercial del Ministerio de Comercio, Wang Hejun.

El presidente estadounidense explicó que con esta imposición pretende proteger la industria del acero y el aluminio, "vitales" para la "seguridad nacional".

En opinión de Wang, este argumento es "injustificado" y va en contra del orden comercial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), por lo que reiteró la "firme" oposición de China a estas medidas que tendrán un "grave impacto" a nivel internacional.

Por su parte, la Asociación China del Hierro y el Acero (CISA) también mostró hoy su firme oposición a los nuevos aranceles que "violan las normas de la OMC y perturban el orden comercial internacional".

"Con la excusa de proteger la industria siderúrgica nacional, EEUU busca el proteccionismo comercial", criticó CISA en un comunicado, citado por medios locales de comunicación, en el que urgió a las autoridades chinas a responder ahora con medidas sobre las importaciones estadounidenses.

Según advirtió, los nuevos aranceles estadounidenses perjudicarán a la industria siderúrgica a nivel mundial, pero también a EEUU, especialmente a los consumidores de los productos de acero.

El proteccionismo fue una de las promesas de la campaña de Trump, que con la imposición de estos nuevos aranceles abre la puerta hacia una previsible "guerra comercial" con otros países y organizaciones, aunque el mandatario ha defendido en los últimos días que estas batallas son "buenas" y "fáciles de ganar".