Una persona con diabetes tipo 1 necesita su dosis de insulina tanto como el agua para vivir, explica la endocrina Mayte Herrera. Esta enfermedad crónica aparece "cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que genera", según la Organización Mundial para la Salud. Los datos del 2014 de la OMS señalan que 422 millones de personas padecen esta patología.

Para tratar la enfermedad, los pacientes deben administrarse la insulina; por ello, tienen la necesidad de tener consigo siempre la medicación, señala la especialista. Explica, además, que la "dosis es necesaria para la vida", en especial para las personas con diabetes tipo 1, porque sin ella pueden entrar en un estado de sed, náuseas, dolor abdominal e, incluso, si pasan un tiempo mayor sin el medicamento pueden perder la conciencia y requerir un traslado de emergencia.

La endocrina indica que lo normal es que el paciente reciba su medicación cada vez que come y cada 24 horas. Por ello, cuando los pacientes deben viajar tienen siempre cerca su tratamiento. No obstante, esto no fue posible para la tinerfeña Atteneri López, que viajaba en el vuelo VY6502 de Vueling desde Barcelona hasta Nápoles, el pasado 1 de marzo.

López, que está embarazada y padece diabetes tipo 1, denunció que la compañía aérea le impidió llevar su insulina y microdifusor en el compartimiento del equipaje de mano por falta de espacio.

En este caso, lo que ocurrió es que estaban completos todos los compartimientos de la cabina del avión e indicaron a la perjudicada que su equipaje fuera en bodega. Por esta razón, Atteneri avisó a la aerolínea de que no podía cumplir dicha petición porque su medicación estaba en esa maleta de mano. Por lo tanto, no podía facturarla porque el fármaco "se podía echar a perder durante el viaje", como explica el gerente de la Asociación de Personas con Diabetes de Tenerife (ADT), Francisco Darias.

La exposición al sol o los cambios de temperaturas pueden dañar la medicación. Por eso López se negó, aclaró el gerente de la asociación.

Además, "parece ser que le ofrecieron una bolsa de basura de las que estaba puesta en la papelera, para que ahí fuese el material médico y facturara el resto de la maleta", señala Darias al explicar la versión de la paciente.

Poco después llegaron al lugar unos agentes de la Guardia Civil, que le recomendaron reclamar tanto en AENA como en Vueling. Asimismo, le trasladaron la decisión del piloto: no podría subir al avión debido a su "agresividad".

Aunque Atteneri asegura que no hubo una reacción como esa por su parte, la situación finalmente hizo que tanto ella como su esposo se quedaran en tierra. Los pasajeros compraron un nuevo billete para el día siguiente e hicieron noche en el aeropuerto.

La versión de la aerolínea es que la pasajera no tenía el certificado médico que indica que debe tener siempre a mano la insulina. Ante esto, la paciente asegura que no se lo pidieron.

La asociación cataloga la situación como "extraña y grave". Darias asegura que es "una pérdida de sensibilidad". Agrega que, tras los hechos, la aerolínea se puso en contacto con la asociación, momento que aprovecharon para solicitarle indagar sobre el asunto. En dicho momento, Vueling les comunicó su intención de abrir una investigación interna al respecto.

Por lo pronto, el gerente de la asociación explica que López ha hecho una reclamación oficial a AENA en el aeropuerto de Barcelona-El Prat. Asimismo, trasladó la denuncia a la asociación tinerfeña, la cual, a su vez, la derivó a la Federación Nacional para que valore los hechos y solicite una investigación sobre el asunto a las autoridades oportunas.