Un grupo de campesinos, aficionados a la pintura, producen cada año en el norte de Croacia huevos gigantes de Pascua, de más de dos metros de altura, decorados con escenas de arte naif de la vida rural de la zona.

Los pintores, todos autodidactas, exponen este mes sus llamativas "obras maestras" en la plaza central de Koprivnica, a unos 100 kilómetros de Zagreb, antes de enviar sus piezas a ciudades croatas, pero también de Eslovaquia, República Checa y Hungría.

"Lo hacemos por pura diversión. Para nosotros es un placer", asegura Drago Zufika, uno de los cinco pintores que en la aldea de Molve han pintado los huevos gigantes para este año.

"Siempre se trata de una obra colectiva, conjunta. Cuatro o cinco pintores amigos solemos pintar un huevo gigantesco, cada uno una escena, una parte", añade.

Los huevos muestran imágenes de la vida rural de esta región, situada cerca de la frontera con Hungría en el valle del río Drava, incluyendo escenas de las casas típicas, de las faenas cotidianas de los campesinos locales, las iglesias y los molinos fluviales.

"Solemos agregar algún detalle del lugar al que enviamos el huevo. Así, si regalamos uno a París, incluimos en alguna parte la torre Eiffel", cuenta Dragutin Kovacic, otro de los pintores.

Los enormes huevos se hacen de plástico y la pintura que se utiliza es acrílica, de modo que son resistentes a los cambios meteorológicos y pueden adornan plazas de las ciudades a cielo abierto.

La tradición local de cambiar en la Pascua los habituales lienzos por gigantescos huevos empezó en el año 2007, cuando los artistas decidieron unir la fuerte tradición católica de pintar huevos para Pascua con su deseo de resucitar el arte naif.

Desde entonces, decenas de pintores locales han participado en el proyecto, titulado "Huevos pintados desde el corazón", y han pintado un centenar de ellos.

En la última década, unos 80 huevos han sido regalados a ciudades de toda Europa, incluida Bilbao, explica Kristina Socev, de la oficina de turismo de Koprivnica.

El objetivo de este proyecto es también acercar el arte naif a la vida cotidiana, para que la gente no tenga que ir a las galerías de arte y exposiciones para admirar estas obras, explica.

"Queremos promover la herencia cultural local, el turismo continental, y sobre todo el arte naif, que tiene sus orígenes en esta región", agrega el presidente de la provincia, Darko Koren.

Destaca que la artesanía local de pintura de huevos, es muy antigua y conocida, por lo que fue incluida en el "Patrimonio cultural no material protegido" de Croacia.

La vertiente croata del arte naif nació en torno a 1930, para llegar a abarcar en las décadas siguientes a más de 200 artistas, que en su mayoría usaban la técnica de pintar con óleo sobre vidrio.

Se trataba del fenómeno artístico más importante de la región y en cierta forma de toda Croacia.

Los artistas más conocidos son los ya fallecidos Ivan y Josip Generalic, Franjo Mraz, Mirko Virius e Ivan Vecenaj.

Turistas de todo el mundo acudían a Hlebine y Molve, aldeas cercanas a Koprivnica que siguen siendo los centros artísticos principales, para comprar cuadros de esos pintores, que a veces producían sus obras maestras en un establo, aunque el interés por este arte había caído bastante a finales de los años noventa del siglo pasado.

Sin embargo, la tradición se ha mantenido y ahora siguen activos más de un centenar de pintores naif en la zona.