El pleno del Bundestag (Cámara Baja alemana) comenzó hoy pasadas las 9.00 horas (8.00 GMT) la votación para investir a Angela Merkel canciller para un cuarto mandato, de nuevo al frente de una gran coalición y casi seis meses después de imponerse en las últimas elecciones generales.

Los 709 diputados son llamados por su nombre para introducir su papeleta en una de las dos urnas en el centro del pleno y Merkel necesita conseguir la mayoría absoluta, 355 votos, para ser investida.

Entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller, su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y sus socios del Partido Socialdemócrata (SPD) suman 399 escaños.

Merkel, que gobernó ya con esta alianza en su primera legislatura (2005 a 2009) y en la tercera (de 2013 a 2017), firmó formalmente el nuevo pacto de gobierno el lunes, tras una compleja negociación.

La primera fuerza de la oposición es la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con 92 puestos; seguida del Partido Liberal (FDP), con 80; La Izquierda, con 69; Los Verdes, con 67, y dos independientes, escindidos de la derecha radical.

Se estima que Merkel obtendrá el voto prácticamente cerrado de los diputados conservadores y socialdemócratas, aunque en su anterior investidura se registraron 39 votos disidentes en las filas de la alianza, que sumaba entonces 504 diputados del total de 631 escaños que tenía la cámara.

El camino hasta la investidura ha sido el más largo en la historia de la Alemania moderna, tras unas generales en que la CDU/CSU obtuvo un 33 % de los votos -su segundo peor resultado desde 1949-, mientras que el SPD cayó en su mínimo histórico -un 20,5 %-.

A la erosión de la grandes formaciones se sumó el acceso al Bundestag de una formación ultraderechista por primera vez desde la década de los años 50 del siglo pasado, que quedó como tercera fuerza, con un 12,6 %.

Empezó entonces la búsqueda de una mayoría estable, en que jugó un papel clave el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, exlíder del SPD y ministro de Exteriores de Merkel en su primer y tercer mandato.

Steinmeier, que de acuerdo a la práctica en Alemania dejó su militancia en suspenso al acceder a la presidencia, apremió a los partidos a sentarse a negociar tras fracasar un primer intento de formar coalición entre el bloque conservador, verdes y liberales.

El rival socialdemócrata de Merkel en las generales, Martin Schulz, rechazaba reeditar una gran coalición, por considerar que su formación debía regenerarse en la oposición.

Pero escuchó a Steinmeier y abrió la puerta al diálogo, que derivó en negociaciones formales y en un acuerdo de coalición que recibió el visto bueno de las bases del SPD en una consulta entre los casi medio millón de militantes del partido.

El pacto de Gobierno fue firmado el lunes por Merkel, el líder bávaro Horst Seehofer, y el socialdemócrata, Olaf Scholz, jefe interino del SPD tras la dimisión de Schulz.

En el nuevo Ejecutivo, a la CDU le corresponderán seis ministerios, el mismo número que al SPD -entre ellos Exteriores, Finanzas y Trabajo-, mientras que la CSU tendrá tres.