Ana Julia Quezada, la detenida por la muerte de Gabriel Cruz, se derrumbó en el interrogatorio que se llevó a cabo este martes ante especialistas de la Guardia Civil y confesó que mató al niño de ocho años al que se buscaba en Almería desde su desaparición el 27 de febrero, según confirmaron ayer a Europa Press fuentes de la investigación.

La acusada, de 43 años de edad y de origen dominicano, fue detenida por su presunta implicación en la muerte del niño Gabriel Cruz cuando trasladaba el domingo su cuerpo en el maletero de un coche.

Según su abogada, el interrogatorio duró cerca de dos horas y respondió "a todas las preguntas", sin poder ofrecer más detalles, al estar declarado el secreto de sumario. La letrada Beatriz Gámez aseguró a preguntas de la prensa, tras abandonar la Comandancia de la Guardia Civil, que la única sospechosa por la muerte de Gabriel se ha prestado a "colaborar" con los agentes, al tiempo que comentó que ayer fue la "primera vez" que los especialistas le han pedido que hablara sobre lo ocurrido. La Guardia Civil trabajaba a contrarreloj para recabar pruebas al objeto de elaborar un atestado lo más completo posible para que, junto con el informe de la autopsia, se aporten pruebas sólidas al juez que instruye la muerte del menor.

Los principales focos de la investigación, según confirman a Europa Press fuentes del caso, se centran en cómo falleció el menor, si la única detenida actuó sola y dónde ocultó su ropa y el cuerpo.

Hasta Almería se desplazó el coronel Manuel Sánchez Corbí, jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), al que se vio salir del registro practicado el lunes por la tarde en la vivienda de Puebla de Vícar a la que se dirigía Ana Julia Quedaza el domingo en el momento de su arresto. En la jornada de ayer, coincidiendo con la misa funeral que se oficiaba en la catedral de Almería, el coronel jefe de la Unidad Central Operativa se desplazó a la finca de Rodalquilar, a unos cuatro kilómetros al sur de Las Hortichuelas, el pueblo almeriense en el que desapareció Gabriel el 27 de febrero cuando salió de la casa de su abuela para recorrer un camino de tierra de cien metros hacia la casa de sus tíos y primos. Unas 5.000 personas acudieron ayer a la plaza de La Catedral de Almería para dar su último adiós al niño y asistir a la misa.

Jessica, hija de un hombre con el que Quezada tuvo una relación de pareja en 2012 y que ya falleció, afirmó ayer que la detenida por el asesinato del niño "vació las cuentas" de su padre "estando él ingresado" y "se compró un piso en República Dominicana a su costa".

En una entrevista en Antena 3 recogida por Europa Press, explicó que su padre tenía varios negocios y Ana Julia vivía de él: "La echaron de la carnicería y empezó a vivir a todo trapo. Se quiso casar con mi padre dos días antes de fallecer", afirmó.