Apenas cinco días después de la espectacular "revolución morada" protagonizada el pasado 8 de marzo, el primer encuentro de directores y productores de festivales de género negro sancionaba la desigualdad: ausencia de mujeres en los foros de decisión.

Susana Rodríguez Lezaun (Pamplona, 1967) fue la única representante femenina con voz en una mesa capitalizada por hombres. "Existen directoras de festivales menores", dice la periodista y escritora, "pero, ciertamente, si preguntáramos por nombres de mujeres ligadas a la dirección, la gente no sabría pronunciar prácticamente ninguno", sentencia sin ningún rubor.

Hasta se permite, con un sesgo de humor negro, afirmar: "Fui la nota discordante, pero la verdad es que me lo tomé hasta con una cierta normalidad". Eso sí, no esconde que tan escasa representación femenina le resultó "molesta y también descorazonadora".

El pasado mes de enero recogía de manos de Carlos Bassas el testigo de la dirección del festival Pamplona Negra y, como el personaje de una historia real, admite que "por primera vez tuve que tomar pastillas para conciliar el sueño".

Tal es el grado de responsabilidad, que Susana Rodríguez puso como condición sine qua non para asumir el cargo "que Carlos no desapareciera, que fuera mi consejero y compañero" y de esta forma afrontar un festival que se desarrolla en la capital navarra, a lo largo de cinco días, y que en 2019 cumplirá su quinta edición.

Durante el encuentro celebrado ayer, Susana compartió experiencias y sensaciones; ideas de pasado y futuro; propósitos... Y se lleva en el equipaje un buen montón de aportaciones.

Las ideas para el festival del próximo año ya pululan y hierven en su cabeza. "Hasta ahora, Pamplona Negra siempre ha reunido autores nacionales y me propongo abrir la frontera, o bien con un país invitado o con un monográfico".

Lógicamente, existen apartados que definen la marca de esta cita, caso de "Crimen a escena", un apartado donde tienen cabida la teatralización y escenificación, con presencia de forenses, policía, criminólogos...

Otro capítulo lo representa la parte dedicada al cine. "Contamos con el apoyo de Filmoteca Navarra y para nosotros representa un tema central que, además, concita una buena respuesta por parte del público".

En cuanto a lo gastronómico, Susana Rodríguez se muestra decidida a sacar lo negro a la calle. Ya se ha sentado a la mesa con la Asociación de Hosteleros para elaborar un excitante menú (léase pintxo negro).

Esta navarra se confiesa lectora antes que escritora. Los anaqueles de su casa lucen repletos de literatura negra, desde los clásicos a los títulos más recientes, pero no puede evitar mostrar un "cariño indisimulado" hacia Manuel Vázquez Montalbán y Gabriel García Márquez: "Me he leído todas y cada una de sus obras".

Eso de los periodistas metidos a narradores tiene algo de "moda" y, a propósito, comenta cómo su editora le recriminaba "que fuera tan periodista al escribir", animándola a hacer mayor uso de la adjetivación.

Con dos obras publicadas, "Sin retormo" y "Las deudas del frío", y una tercera en el "horno", esta creadora da vida al inspector Vázquez -un guiño al maestro, porque Camilleri le robó el Montalbano- y lo hace desde la máxima de que sus personajes sean personas y no superhéroes.