El thriller "Bajo la rosa", un ejemplo de cine independiente dirigido por Josué Ramos (Santa Cruz de Tenerife, 1980), se estrenará mañana, en salas comerciales de toda España, incluida los Multicines Tenerife de La Laguna, donde se proyectará a las 20:30 horas, además de en la plataforma "online" Filmin y en la web (www.bajolarosa.com).

La ópera prima del realizador tinerfeño ha cosechado, por el momento, una treintena de galardones internacionales en los cerca de medio centenar de festivales en los que ha participado. Esta laureada cinta, rodada en Madrid en diez días y con un presupuesto de 15.000 euros autofinanciado por él mismo, ha desarrollado durante un año un periplo repleto de éxitos por la calidad de la historia y la fórmula elegida para realizarla, en orden cronológico y "goteando" un guion personalizado a cada actor para cada escena.

Pedro Casablanc, Ramiro Blas, Elisabet Gelabert y el joven Zack Gómez son los protagonistas de este filme, con noventa y nueve minutos de metraje, que gira en torno a la culpa, la redención y el castigo como temas centrales. Estas realidades se revelan junto con los oscuros secretos de una familia que esconde más de lo que aparenta.

"Sara, la hija menor de Oliver y Julia, desaparece. Los días pasan sin noticias de la niña, hasta que una mañana la familia recibe una carta de alguien que dice tenerla retenida y que solo quiere una cosa: ir a hablar con ellos esa misma noche", reza la sinopsis de esta película "low cost" que comenzó su andadura por festivales hace ya un año, en marzo de 2017. "Es una de las formas que tiene el cine independiente para asomar un poco la cabeza y promocionarse", anotó Ramos.

La forma como se llevó a cabo el rodaje es una de sus señas de identidad. No fue la convencional, con un guion que todos los implicados conocían. "Rodamos la película cronológicamente, los actores no sabían lo que iba a ocurrir, porque cada uno tenía un texto personalizado con la información necesaria para su escena. No sabían lo que iban a hacer los demás, ni siquiera lo que iba a pasar dos escenas después. Nadie sabía siquiera cómo iba a acabar la historia. Esto propició que las actuaciones tuvieran un realismo, una frescura diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Es una de las bases de la película, tanto como el guion, un filme en el que se trata un poco la invasión del hogar".

Ramos, autor también de cinco cortometrajes galardonados, tenía muy claro el principio, el nudo y el desenlace de cada escena, sobre todo dónde tenía que acabar, pero las palabras que utilizaba cada actor dependían de ellos. Este método otorgó al largometraje más veracidad y realismo.

Este thriller psicológico refleja, según sus palabras, que "las apariencias muchas veces engañan y lo que, en principio, puede resultar una familia un tanto idílica, en la que todo marcha bien, esconde bajo la alfombra secretos inconfesables que cuando salen a la luz pueden llegar a destrozar por completo su vida y su integridad".

En este sentido comentó que, a pesar de que en sus cortos cambió de género para experimentar, se siente "atraído por todo lo relacionado con la intriga, el misterio y el suspense, incluso con toques de terror, pero todo orientado a la parte psicológica".

La odisea que ha pasado el cineasta tinerfeño para hacer realidad "Bajo la rosa", en la que ha hecho de todo (fotografía, montaje, cámara..) es digna de encomio. El mayor reto ha sido afrontarla sin financiación, con sus propios medios y en formato cooperativa, porque no tenía recursos para pagar a los actores. "Por un lado está bien, porque aprendes de todo, pero ha sido muy duro sacarla adelante".

A pesar de todos los inconvenientes que ha padecido, "Bajo la rosa" ha sido la película española más premiada en 2017. Ahora está ya enfrascado en el texto de otro filme que espera poder llevar a la pantalla con algún apoyo, aunque considera que no se puede vivir del cine independiente.

"Por mi experiencia hasta ahora te digo que no se puede vivir de ello. No es rentable. En general, hacer cine en España es un suicidio, con o sin presupuesto, pero hay que empezar de alguna manera. Hay gente que estamos un poco locos, somos muy apasionados de esto y nos echamos a la piscina".