El general de División Juan Manuel Sánchez Medina, que ha ejercido en los últimos seis años como jefe de la Zona de Canarias de la Guardia Civil, pasará a finales de mes a la situación de retirado, al cumplir los 65 años. A los medios de comunicación afirmó que su "espinita clavada es no poder aportar pruebas al juez del caso del niño Yéremi". Sánchez Medina dijo estar "muy dolido" por esa circunstancia.

Tras pasar 45 años en el Instituto Armado, el general afirmó que "el servicio tiene facetas reconfortantes, como es ayudar a los demás", con la que "nuestra vocación está más que satisfecha".

Sobre la situación del asunto de Yéremi Vargas, aclaró que "por supuesto que va a continuar la investigación, buscando pruebas".

Sánchez Medina indicó que "tenemos el convencimiento moral de quién es el autor, pero el juez", si no recibe las pruebas, "tendrá que actuar en consecuencia". Comentó que, "moralmente, estamos convencidos de que es él (en referencia a "El Rubio"), pero al no aportar pruebas..., la Justicia todos la conocemos".

Ayer se desarrolló el último acto como guardia civil en activo para este general de División, que besó la bandera emocionado, mientras de fondo se escuchaba la banda sonora de "La Misión".

Tuvo palabras de recuerdo y agradecimiento para todos sus familiares, así como para los mandos con los que ha trabajado, sus compañeros y subordinados, "a quienes nunca agradecerá lo suficiente su entrega y profesionalidad, pero en especial su lealtad y, más aún, su afecto". A todos les pidió que nunca dejen de "intentar fortalecer y engrandecer a la Guardia Civil y, a través de ella, servir a España y a los ciudadanos, fin y razón de ser del cuerpo". Manifestó que "una Guardia Civil fuerte supone la mayor garantía de seguridad y de servicio a España". En su intervención citó al Quijote: "Las sensaciones más gratas: la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores, sin ser perfectos, y, sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia, donde quiera que esté".