La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, defendió que el organismo es en la actualidad "muy diferente" y pidió reducir las desigualdades, "excesivas" en muchos países, aprovechando una coyuntura económica mundial sobre la que se mostró optimista.

"Tenemos un FMI muy diferente", se esforzó por decir en español su titular en una conferencia en Buenos Aires en la que opinó que las perspectivas económicas internacionales son "en general positivas", por lo que se trata de "un momento muy propicio para hacer las reformas que necesitan", y animó a "reforzar la productividad" y a "concentrarse en reducir las desigualdades".

"En muchos países, de todas las regiones, la desigualdad se ha incrementado", declaró la directora del FMI en un acto junto al ministro argentino de Finanzas, Nicolás Dujovne, y agregó que las desigualdades son "excesivas" en un gran número de países y han empeorado en los últimos diez años.

La directora del FMI, que se encuentra en la ciudad austral para participar en la cumbre de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 que tendrá lugar la próxima semana, quiso dejar claro que no se reunió con gobernantes argentinos porque le solicitasen ayuda, sino para "conocer de primera mano la naturaleza de las reformas, con espíritu de socios y de cooperación".

"Yo no estoy aquí para negociar ningún tipo de programa ni vengo a prestar, porque Argentina no lo necesita ni lo pidió. Estoy aquí para el G20 y tengo el privilegio de visitar a autoridades como hago en otras partes del mundo", subrayó Lagarde, sobre su visita a un país que guarda un mal recuerdo del FMI tras la crisis del 2001, y que había despertado críticas.

Sobre las reformas emprendidas en el país para reducir el déficit fiscal, como el acuerdo con las provincias para controlar el gasto público, la exministra francesa se mostró "impresionada" y felicitó al Ejecutivo argentino en el marco de la charla en la universidad Torcuato Di Tella.

"Me impresiona la relación con las provincias. Hay muchos países con políticas muy robustas a nivel central pero poco control (con las demás administraciones), y es una gran lucha para ellos lograr sus objetivos. Los quiero felicitar porque me impresiona", aseveró.

Preguntada acerca del "gradualismo" (progresividad en las reformas) que defiende el presidente argentino, Mauricio Macri, dijo que no lo considera tal y que desde el FMI "ven que las autoridades están atacando el problema con mucha decisión", "sin medias tintas" y de una manera "sostenible en el tiempo".

"Los ortodoxos pueden argumentar que sería mejor más rápido, pero los más prágmaticos dicen que mientras haya convicción y un curso de reducir el déficit ya sería un gran logro", argumentó la economista.

Acerca de las medidas proteccionistas anunciadas por la administración estadounidense, Lagarde reiteró su oposición y argumentó que "es un proceso donde uno hace y otro contesta, y así nadie gana".

"Es una pelea constante", manifestó para desaconsejar en el escenario internacional el proteccionismo, al que ve como un riesgo geopolítico, y advirtió de los "conflictos incipientes" que genera.

Por su parte, Nicolás Dujovne sostuvo que el "fin último" del Ejecutivo es bajar la pobreza, mediante la reconstrucción de un "clima propicio" para la inversión, y para ello es "ineludible" el equilibrio fiscal y la eliminación de la "estructura distorsiva de impuestos" que, según el ministro, se había creado en los últimos años.

"Todo el programa económico está destinado a tener más inversión", aseveró el ministro ante la directora del FMI, y reiteró su compromiso de reducir los impuestos y el déficit presupuestario, una meta que, apuntó, solo es accesible bajando el gasto público.

Dujovne aseguró que Argentina es todavía "una de las economías más cerradas del mundo", pero apuntó que las previsiones del Gobierno apuntan a una multiplicación del nivel actual de intercambios comerciales.