La fiscalía ha pedido la absolución por legítima defensa de un hombre de 80 años, acusado de homicidio por matar de un disparo a uno de los asaltantes de su vivienda, en un suceso ocurrido el 1 de marzo de 2015 en la localidad tinerfeña de Arafo.

No obstante, en el juicio, que se celebrará del 2 al 6 de abril ante un tribunal del jurado, la fiscalía pedirá dos años de prisión para el acusado por tenencia ilícita de armas, ya que carecía de permiso para el revólver marca Ruby de calibre 38 que guardaba en su casa y con el que disparó al asaltante.

La vivienda del acusado se encuentra en una finca de 10.000 metros cuadrados, alejada de cualquier núcleo urbano, y a ella se dirigieron hacia las 10 de la noche del 1 de marzo de 2015, con intención de robar, un joven de 26 años, Jonás C.R., que luego resultaría muerto por el disparo, y otro joven menor de edad, quien huyó cuando vio que el anciano les apuntaba con el revólver, según el escrito de la fiscal Náyade Remón.

Los dos asaltantes llevaban caretas para ocultar sus rostros, un palo y una pistola de simulación, y por el exterior de la finca se quedaron otros miembros del grupo.

Los asaltantes localizaron al propietario, Jacinto S.M., en un edificio anexo a la vivienda y Jonás le apuntó con el arma simulada y le exigió que les llevara hasta la caja fuerte, dentro de la vivienda.

En la casa estaban la esposa del acusado, de 69 años, y su cuñada, de 64, quien logró esconderse en el aseo.

Los asaltantes obligaron a Jacinto a abrir la puerta de la casa y una vez dentro agredieron y amenazaron de muerte a él y a su esposa, pese a la actitud de colaboración de ambos.

El propietario de la vivienda convenció a los asaltantes de que le dejaran ir a otra habitación con la excusa de buscar algo de valor, y de un armario cogió el revólver, para el que carecía de licencia.

Ya con el arma en la mano, Jacinto intentó intimidar a los asaltantes para que se fueran y el menor de edad huyó del lugar, pero Jonás se dirigió a él con un palo en la mano mientras le decía: "ahora te mato, yo a ti te ahorco".

La fiscalía señala que Jacinto, ante la ausencia de cualquier alternativa y "ante el clima de temor" a la pérdida de su vida y la de su esposa, disparó dos veces.

Uno de los tiros impactó en un zócalo y el otro en el rostro de Jonás, quien herido y con la yugular desgarrada, se desplazó hasta el patio trasero de la vivienda, en donde se desplomó y murió.

Durante el asalto, Jacinto sufrió eritemas y heridas contusas, mientras que su esposa además resultó con un hueso fracturado y diversas secuelas.

La fiscalía pide al jurado que aplique al acusado la eximente completa de legítima defensa para la acusación de homicidio y la pena de dos años de prisión por tenencia ilícita de armas.